Esta catedral iluminada ‘oye’ el chupinazo del IX Centenario
Hace nueve siglos que se reconquistó este lugar, conocido como la Ciudad del Doncel, que recuerda de forma colectiva uno de los acontecimientos claves de nuestra historia. Un hecho que ocurrió en 1124, el 22 de enero, festividad de san Vicente. Día en el que, según la tradición, al tercer asalto tropas castellanas al mando del obispo D. Bernardo de Agén tomaron el castillo. Durante cuatro años han conmemorado este histórico evento.
Ahora, las 27 peñas de la localidad del IX Centenario que se han inscrito este año en el registro del Ayuntamiento, han aportado colorido y diversión a un evento prolongado en el tiempo, al que las fiestas mayores contribuyen a su esplendor: Apagón, Chingui, Chudarata, Desenfreno, Despiste, Estafa, Estrellaos, Galos, Golpe, Grupo Mixto, Hamaos, Increíbles, Kaos, Mendrugo, Movida, Pendón, Pepinillos, Peseta, Pifostio, Puntazo, Rampa, SiroKo, Skapados, Tinte, Tropezón, Los Verdugos y Sigüenza Baila, cubrían por completo el asfalto de la Avenida de Juan Carlos I. La tradición peñista de estal localidad de ges, probablemente, la más antigua de la provincia de Guadalajara, por lo que hasta cuatro de ellas superan ya los 50 años de amistad: Tropezón, Rampa, Pepinillos y el Mendrugo.
Y si para alguien el desfile ha sido aún más especial y entrañable que para las peñas, ha sido para la reina, rey y damas, infantiles y juveniles, de los festejos seguntinos.
La suya era la primera carroza de las seis que desfilaron por el corazón de Sigüenza, con la ciudad pendiente de su alegría a ambos lados de su paso. Sobre ella, Lorena García Cabra, reina; Alvaro Melús, rey; Itziar Jiménez, reina infantil: y Ainara Martinez, Valeria Fernández, Carmen Jiménez, Alejandra Gudiel, Nerea Gómez, Daniela Zamarreño y Anya Rupérez como damas infantiles y juveniles, llevaban la ilusión de las fiestas, y de este año inolvidable para ellas, reflejada en sus rostros.
Con puntualidad seguntina, a las ocho de la tarde, la comitiva, comenzaba su recorrido en dirección a la Plaza de Don Hilario Yabén, por la calle Villaviciosa, para subir hasta la Catedral por Cardenal Mendoza. La imagen de la primera de ellas, la de reina y damas, con el fondo de las dos torres de la Fortis seguntina, es uno de los clásicos del primer día de lo más granado de las fiestas de San Roque.
Este año, el último tramo, por la plaza del Obispo Don Bernardo, lo hacían a pie, desviándose las carrozas por la calle Medina, y facilitando con ello la fluidez del desfile.
Poco a poco, la Plaza Mayor se iba colmando con los atuendos de los peñistas han sido este año especialmente divertidos. El movimiento punk, un circo, los fabulosos años 20, Avatar, o el lejano Oeste, se podían ver desfilar, sin solución de continuidad, por el corazón de Sigüenza. Mientras, la ciudad los veía pasar, entre divertida y expectante.
A eso de las nueve y media de la noche, todas las peñas ocupaban sus lugares en la Plaza Mayor. Tomó la palabra entonces la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, quien, brevemente, deseó a los seguntinos unas felices fiestas.
Cada año hay dos peñas, representantes de todas ellas, en los diferentes actos festivos. Este año les corresponde este papel a Los Skapados y El Despiste. También sus representantes quisieron dirigir unas breves palabras a una plaza mayor llena de público.
Por fin, la alcaldesa prendía el cohete anunciador que, segundos después estallaba de alegría sobre el cielo seguntino. Una explosión con la que la Sierra Norte se daba por enterada de que ha comenzado el San Roque del IX Centenario, como subrayaba el rótulo pirotécnico que, a los pies de la catedral, por unos instantes, iluminó el San Roque 2024.
Hoy salen, por primera vez en estas fiestas, los gigantes y cabezudos de Sigüenza, una tradición que se remonta al año 1911.