Éste es el libro que da la razón a todos aquellos que piensan que GUADALAJARA NO ES UNA CIUDAD BONITA
La arquitecta y urbanista Nina Arcas presentó ayer en la Demarcación de Guadalajara del Colegio Oficial de Arquitectos, su libro 'Guadalajara Desnuda' una interesante reflexión personal, “un lamento, lleno de fina ironía y humor”, como ella lo define, sobre cómo “el urbanismo, o mejor dicho, la desconsideración hacia el urbanismo que se percibe en la capital de Guadalajara, afecta negativamente a la percepción que sus propios habitantes, y posibles visitantes, tienen de la ciudad”.
La presentación la prologaron Javier Herce, presidente de la demarcación guadalajareña del COACM, que recordó que el Colegio invierte parte de su remanente en actos culturales, puesto que el libro, fruto de la autoedición, también cuenta con apoyo del COACM, y César Lanza, ingeniero de caminos y prologuista del libro. “El libro tiene la rara virtud de interpelar tres facultades de sus lectores. Primero, la mirada, pues es un libro de bellos dibujos, frescos y sueltos; después la razón práctica, ya que trata de la ciudad y de su urbanismo, y finalmente, la emoción de los sentimientos y recuerdos. Mayor provecho en cien páginas, imposible”, señaló el prologuista.
“Llegué a Guadalajara con ocho años, procedente de Córdoba, y me encontré con un lugar muy distinto del concepto que yo conocía por ciudad. Guadalajara es una ciudad físicamente áspera. Ya de niña, no comprendía por qué se han hecho los edificios que se han hecho, en los lugares que se han hecho y la manera que se han hecho”, señala la autora.
Con el tiempo, aquella niña estudió Arquitectura y se especializó en Urbanismo, de manera que “empecé a comprender profesionalmente la sensación de desamparo que siempre me produjo Guadalajara”.
Así, Nina ha plasmado algunas de sus reflexiones sobre el Urbanismo capitalino en este libro, 'Guadalajara Desnuda', “sin ánimo de ser hiriente, en absoluto, sino desde una perspectiva constructiva, y digamos dolida, porque realmente resulta doloroso ver que la ciudad donde vives no es tan bonita como otras. El libro no acusa, solo se lamenta”. Y lo ha hecho dibujando los sitios que más le han confundido, en maravillosas acuarelas, explicándolos técnicamente, desde el punto de vista arquitectónico después, y completándolos con un relato personal, nunca desprovisto de humor, tal y como comentaba Lanza en la presentación. Con esta idea, el libro ha sido escrito para acercar el Urbanismo a lectores que no están acostumbrados a tratar con la materia.
“El primer dibujo que hice fue el de la Cuesta de Hita, desde el Torreón del Alamín donde, mirando desde el torreón hacia la ladera, se ven primero unas casitas bajas blancas y después se ven unos grandes bloques grises, enormes y desproporcionados. A continuación retraté otros muchos lugares, que son un conflicto puro: secciones imposibles, trazas inviables, alturas increíbles o calles conformadas sólo por testeros”, cuenta la autora.
Y, pese a que discordancias urbanísticas hay en todas las ciudades del mundo, “en Guadalajara se dan en una medida muy alta”, sigue. Nina afirma que “también las hay en Córdoba, que es de donde yo vengo, pero si las ciudades tienen un casco histórico cuidado aunque tengan lugares feos, se perciben de una manera muy distinta de las que no lo tienen”. Nina pone como ejemplo el maltrato urbanístico alrededor del Palacio del Infantado.
Al respecto de qué se puede hacer a partir de ahora, la autora afirma que, “lo primero es ser conscientes de que hay un problema que no solo es responsabilidad de la clase política, también lo es de los ciudadanos, que no exigimos la belleza, no exigimos calidad en la edificación o en el trazado urbano, probablemente por desconocimiento”.
El libro cuenta con 20 capítulos, a los que la autora añadió en la presentación un episodio más, relativo al salto de la Autovía A2 por parte de los suelos industriales y logísticos, con el que se mostró crítica.
Tras la presentación del libro, se abría una exposición, en las salas que a tal efecto tiene la demarcación del COACM en Guadalajara, donde se hallan expuestas las acuarelas que ilustran el libro. La exposición está abierta, de lunes a viernes, en horario de 9 a 14 horas, hasta después de las navidades.