Este Quabit vuela cada vez más alto, desatando pasiones

11/11/2017 - 20:14 Pedro Manuel Sanz

El Quabit Guadalajara consiguió una nueva victoria en la Liga Asobal, tras imponerse al Recoletas Valladolid por 30-28 en el David Santamaría y en la novena jornada de Liga, lo que confirma que este Quabit Guadalajara ya ha conseguido la mejor racha de su historia –seis victorias seguidas y un empate- para mantenerse en las posiciones europeas –en la actualidad empatado con el Granollers por la tercera plaza de la Liga-.

Todo ello después de lograr un triunfo de esos que dejan huella en el aficionado, cada vez más numeroso en el David Santamaría. El triunfo de la confirmación de que el Quabit Guadalajara vuela cada vez más alto y que levanta y desata pasiones en la ciudad y provincia, enganchando no solo por la lucha que muestran sus jugadores sobre la pista sino también enamorando por el juego cada vez más vistoso que está desarrollando el equipo dirigido por César Montes, cuyo mérito es tremendo en este éxito que está dando mucho de que hablar por toda España.

Desde la defensa
No fue un partido fácil para el Quabit Guadalajara. Los morados saben que la Asobal está tan igualada que cualquier detalle, por mínimo que sea, da o quita puntos. Y ante el Valladolid, los de César Montes supieron jugar sus bazas, desde una muy buena defensa, para jugar como equipo en el ataque, por mucho que Chema Márquez (9 goles), Lucas (6), Javi García (5) o Montoya (4) tuvieran un papel más que destacado en el aspecto ofensivo durante el encuentro.  

Tras un inicio errático por parte de ambos equipos, que no estrenaron el marcador hasta los cuatro minutos, el Quabit apretó en defensa para imponer su ritmo de partido. Una contundente defensa morada que provocaba enormes dificultades para la circulación de balón de los vallisoletanos. Por el contrario, el ataque alcarreño era algo más fluido y con Nacho Moya, en el extremo, y Javi García –cuatro goles en la primera mitad desde el pivote-, como baluartes, los morados fueron tomando distancias de dos y tres goles durante gran parte del primer periodo.

No obstante, el Quabit Guadalajara no terminaba de romper el partido porque los vallisoletanos también se empleaban duro atrás, algo que permitía al Valladolid hacer la goma, es decir, acercarse a un gol, para después volverse a distanciar a los tres de desventaja.

Hasta que apareció la prodigiosa mano de Chema Márquez en los últimos minutos de la primera mitad, que con su juego de altos vuelos rompió el partido para que el Quabit se gustara con pases, vuelos y goles tanto de Márquez, Lucas y Moya. La locura se desataba en el David Santamaría, que veía cómo el Quabit lograba cinco goles de diferencia (17-12) a escasos segundos de finalizar la primera mitad, aunque al descanso se llegase con un 17-13.

Sabiendo sufrir
Los aficionados morados se las prometían muy felices en el descanso, pero el Valladolid, gran equipo en su paso por Guadalajara, se conjuró en los vestuarios para intentar la remontada o, al menos, poner en serios apuros a los locales. Y lo consiguieron. Aumentaron su intensidad defensiva con la que cortaron la fuente de anotación del Quabit a través de Javi García en el pivote, y habilitaron los espacios en sus ataques para, precisamente, aprovechar el juego con su pivote, Serdio, que logró tres goles en los primeros tres minutos por ninguno del Quabit, y siete en toda la segunda parte. Así, las cosas, en un abrir y cerrar de ojos, a los morados se les había esfumado la ventaja que tenían, quedándose tan solo con un gol a su favor (17-16).

Tras ello, el partido ganó en intensidad porque el Valladolid no bajó su exigente nivel defensivo, y el Quabit despertó de su letargo inicial y volvió a apretar en defensa. Todo ello se hizo patente en las distintas exclusiones que hubo durante la segunda mitad aunque ninguno de los dos equipos supo aprovecharlas.

Sí aprovechó el Quabit otra de sus características como el contraataque tras recuperación de balón, lo que permitió a los alcarreños volver a los tres goles de diferencia gracias a dos contraataques seguidos culminados por Lucas (20-17, en el minuto 36). De nuevo, la tranquilidad llegó a la afición morada, que vio cómo el partido seguía estando bajo el control del Quabit con ventajas de dos y tres goles durante muchas fases de la segunda mitad (22-19, 23-20, 24-21, 25-22 ó 26-23), con intercambio de goles que mantenían Chema Márquez y Montoya por el bando morado.

El octavo jugador
Sin embargo, y cuando el partido encaraba su fase decisiva, el Valladolid no se dio por vencido y, en un último empujón con una defensa al límite, logró empatar el partido a 27, cuando quedaban seis minutos para la conclusión, consiguiéndolo con inferioridad tras algunas exclusiones muy protestadas por los vallisoletanos.

Fue entonces cuando el David Santamaría rugió como en los viejos tiempos de aquellos dorados años 90, para llevar en volandas a unos jugadores que estaban sufriendo en la pista pero que recibieron el aliento necesario desde la grada para levantarse hasta el punto de secar y dejar a cero al Valladolid en los últimos seis minutos de partido con una defensa de Víctor Vigo sensacional, apoyado por un inconmensurable Jota Hombrados en la portería, que permitieron las recuperaciones de balón y los contraataques para el lucimiento de Chema Márquez y Montoya, con los que el Quabit se puso con 30-27 en el último minuto. El gol del Valladolid en los últimos segundos fue una mera anécdota para un Quabit desbocado ante una afición desatada, que sigue disfrutando de una temporada de ensueño. Y que dure…

QUABIT GUADALAJARA; 30; RECOLETAS VALLADOLID, 27
QUABIT GUADALAJARA:
Hombrados (24,3%), Mellado, Márquez (9 -2 pen.-), Vidal, Vigo, Bozalongo, Moya (2) –equipo inicial-, Parra (1), Lucas (6), Montoya (4 -1 pen.-), Fuentes (1), Javi García (5), Sedano, Valles (2).
RECOLETAS VALLADOLID: Díaz (22,6%), Fernández (4), Hernández (4), Río (2), Serdio (7), Matías (3), Rodríguez (2) –equipo inicial-, César Pérez (14,3%), Diego Camino (1), González, Garza, Roberto Pérez (1), Serrano (4), Miguel Camino.
ÁRBITROS: Fernández Molina y Murillo Castro. Excluyeron por dos minutos a Javi Parra, Pedro Fuentes y Javi García (2), por el Quabit Guadalajara, y a García, Río, Matías y Rodríguez, por el Recoletas Valladolid.
PARCIALES: 1-1, 3-2, 7-5, 9-7, 12-9, 17-13 –descanso-, 18-17, 21-19, 24-21, 26-24, 27-27, 30-28 –final-.
INCIDENCIAS: Encuentro de la novena jornada en la Liga Asobal, disputado en el polideportivo David Santamaría de Guadalajara ante unos 1.200 espectadores. El jugador del Valladolid, Fernando Hernández, recibió un homenaje al cumplir 600 partidos en sus 23 temporadas en Asobal, mientras que también se guardó un minuto de silencio en memoria de la madre del entrenador del Quabit Guadalajara, César Montes, fallecida recientemente.