Forjando la voluntad
Las grandes personas tienen voluntades, las débiles sólo deseos.
Los animales se mueven por instintos. Los humanos podemos determinar nuestra existencia, pues poseemos inteligencia, sentimientos y voluntad.
El problema es que nos envolvemos en excusas.
Hemos de desarrollar la voluntad y promover el sentimiento del deber.
Lo que no podemos es influir en la voluntad de los otros.
Es la voluntad la que ha de embridar los deseos.
Hemos de dotarnos de un proyecto vital y de determinación.
Las grandes personas tienen voluntades, las débiles tan solo deseos.
Busquemos en lo posible ser dueños de nuestro destino.
Pongámonos al timón, elijamos el rumbo, eliminemos bloqueos afectivos.
La voluntad no se alimenta de voluntarismo simplón, es empujada por la inteligencia y los sentimientos.
A los niños hay que educarlos para poseer un pensamiento alternativo, para no estar cortocircuitados cuando la adversidad se instale en sus vidas.
Confirmemos la libertad de la voluntad humana.
La fuerza del que nunca desespera es inconmensurable.
Cuando una persona se quita la vida, es porque ha perdido la voluntad de vivir.
La vida es perseverancia.
No se trata de tallar una madera de héroe, pero sí de encontrar la piedra filosofal: se llama voluntad.
Una juventud consentida, genera una voluntad residual.
No embarcarse con pasión en la existencia, es simplemente sobrevivir.
La vocación nos permite realizar un mayor número de actividades significativas.
Solo una ilusión autogenerada por transmitir, por legar, puede dar al final un sentido al esfuerzo de vivir.
Recordemos que no hay acción sin conciencia, que no hay conducta sin previa elección (o no debe haberla).
Nos cabe pensar, el lenguaje interior, hacernos planteamientos, resolver problemas.
En conclusión, es en el correcto ensamblaje de la inteligencia, los sentimientos y la voluntad donde en gran medida se determina la exitosa andadura del ser humano.
* Javier Urra, como director del Curso de Verano de la Universidad del País Vasco en San Sebastían ‘El espíritu que nos lleva, pronunció este miércoles, 1 de agosto, la conferencia inaugural.