GANCHERO POR UN DÍA, DESDE HACE 27 AÑOS

27/08/2023 - 10:14 Paco Campos

Vecinos y visitantes de todos los rincones de la provincia, y de las comunidades vecinas, vivieron y experimentaron, con la intensidad que merece, el ambiente de hermandad y convivencia que ponía antaño el contrapeso a la crudeza del tradicional oficio de ganchero en el Alto Tajo. Durante siglos transportaban, desde las serranías próximas, las maderadas por las aguas del Tajo hasta las factorías madereras de la zona de Aranjuez.

FOTOS: PEDRO GALLEGO

La XXVII Edición de la Fiesta Ganchera, organizada por la Asociación de Municipios Gancheros del Alto Tajo, conformada por Peñalén, Zaorejas, Taravilla, Peralejos y Poveda, culminó ayer en Zaorejas. Conocida universalmente por el libro ‘El río que nos lleva’, de José Luis Sampedro, se estrenó como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Una celebración en la que la grandiosidad universal de este singular trabajo ancestral contrasta con la humildad y familiaridad de sus participantes que, como dice Herme, miembro del colectivo y coordinador de la actividad principal, el descenso de troncos por el río, consideran que, "pese a que con esta designación hemos alcanzado el culmen, no cesaremos en nuestro empeño para que cada año vaya a más y sea lo más fidedigna posible a la actividad de nuestros antepasados". 

En diciembre del año pasado los gancheros hicieron historia con la proclamación de la Unesco. Ayer sábado los participantes bajaron a la intrahistoria, aquella de las anécdotas, las vivencias y las pequeñas palabras que se proyectan al universo de un pasado que regresa al Alto Tajo todos los años por estas fechas.

Los gancheros pasaron un día inolvidable en convivencia con los vecinos del pueblo, aquellos que residen en las localidades circundantes, y de los turistas. El evento contó con un gran respaldo institucional. Contó con la presencia de todos los alcaldes de la zona, con el primer edil de Zaorejas, José Luis López Arcediano, como anfitrión, así como el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido; el delegado de la Junta, José Luis Escudero, el delegado en la comarca de Molina-Alto Tajo, Sergio Ruiz Teruel; y la vicepresidenta de Diputación, Pilar Muñoz, entre otras autoridades.

FOTOGRAFÍA: AGUSTÍN TOMICO

Comenzaron el día con una concentración y un pasacalles, acompañados por los dulzaineros de Mirasierra. Degustaron aguardiente y rosquillas, cogiendo fuerzas más que suficientes para la posterior suelta y descenso de troncos en la zona del Puente de San Pedro, en el que soltaron 60 troncos, bien dirigidos y controlados por 40 gancheros, entre los que se encontraban los procedentes de la localidad conquense de Priego, los miembros de la asociación, jóvenes voluntarios que se meten por primera vez “para que vayan cogiendo afición”, como indicaba Herme, así como los navateros de Huesca.

Pero antes, boquiabiertos, y paraguas en mano, contemplaban cómo se hacían las balsas. “Vamos a hacer cuatro o seis relevándonos, esto no se trata de que nos vean nuestros amigos de Madrid”, explicaba Herme a los asistentes.  Al ritmo de las jotas iban componiendo con sus ‘varaganchos’ los lotes que, al cabo de un rato, ya estarían preparados para poner en marcha la maderada río abajo. 

“Antiguamente, con el deshielo, llegaba a haber hasta 100.000 troncos bajando”, recuerdan los mayores del lugar. La actividad duraba seis meses. El agua -recuerdan- estaba muy fría, por lo que el gancho era enormemente útil para sacar del agua, insertándolo a la faja, a aquellos trabajadores que caían desarrollando su dura labor. Habitualmente servía para conducir los troncos, que llegaban a medir hasta 10 metros.

Con una impresionante demostración de la fuerza y habilidad de los gancheros, ya, pasado el mediodía, realizaron la saca de troncos a tiro de caballería.

Los estómagos estaban ya demasiado vacíos como para continuar sin nada que echarse a la boca. Una comida popular en la plaza del pueblo de Zaorejas, donde los asistentes degustaron platos típicos de la comarca, fue la actividad oportuna.

Por la tarde no se paró. Hubo una demostración de corte de troncos, en la que participaron cuatro equipos de los pueblos de la asociación, y juegos populares en la plaza del parque de los columpios. Los más pequeños disfrutaron de estas actividades mientras entraban en contacto con la tradición ganchera. Un emocionante partido de pelota mano del más alto nivel, precedió a la despedida del evento, amenizada por el Grupo folclórico Palacio de la Cotilla. Todos ya esperan ansiosos el regreso de la entrañable cita con las labores madereras de nuestros antepasados.

 

FOTO: AGUSTÍN TOMICO

FOTO: AGUSTIN TOMICO.