Page advierte de que los fuegos ya no son estacionales y pide una “armonización técnica” del Estado autonómico

26/09/2025 - 14:03 FCV

El presidente de la Agencia EFE, Miguel Ángel Oliver, conversó esta mañana con Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, en un acto celebrado en Viñedos de Santa María con motivo del 40 aniversario de la delegación de EFE en la región. En ese marco, se abordaron desafíos urgentes como los incendios forestales recientes, la necesidad de coordinación entre administraciones y de una armonización técnica del Estado autonómico, así como los puntos fuertes y las debilidades de Castilla-La Mancha en el contexto actual.

García-Page comenzó señalando que el asunto que más le preocupa en este momento es el incendio activo en Guadalajara, muy cercano al territorio madrileño y castellanoleonés, en el entorno del Pico del Lobo. Manifestó que la administración regional tenía previsto elevar la alerta al nivel 2, con objeto de perimetrar dos pequeños municipios próximos al fuego; aunque estos no se encuentran en riesgo directo, sí deben mantenerse en alerta. Para frenar la propagación, anunció que se llevarán a cabo quemas controladas como barrera, una medida que calificó de necesaria dada la naturaleza especial del incendio: producido en alta montaña y con una orografía abrupta. García-Page agradeció la colaboración recibida tanto del Ministerio de Transición Ecológica como de las comunidades autónomas vecinas, y subrayó que “con este incendio vamos a acabar, de una manera u otra”.

El presidente autonómico insistió en que los incendios ya no pueden considerarse fenómenos exclusivos del verano. Advirtió que ante las nuevas condiciones climáticas cabe esperar siniestros incluso en otoño o en meses tradicionalmente más fríos, lo que exige mantener dispositivos elevados de prevención todo el año, aunque reconociendo que no pueden ser “los mismos” que en pleno verano.

Preguntado sobre si el Estado, tanto en su vertiente central como autonómica, está a la altura de lo que exigen los ciudadanos en situaciones dramáticas, García-Page defendió que la descentralización ha supuesto un gran avance en servicios públicos, en sanidad, educación y medios anti-incendios.

Sin embargo, añadió que ha detectado en muchos casos una confusión entre delegar competencias y desentenderse de ellas. Criticó que tras las transferencias, algunas administraciones hayan considerado que el mero hecho de tener competencias ya exime de responsabilidades en su ejecución.

De cara al futuro, abogó por una década de “armonización técnica” entre autonomías y Estado.

A su juicio, sería deseable una agenda coordinada para situar en común estándares como la interoperabilidad de los sistemas sanitarios (por ejemplo, tarjetas sanitarias que funcionen en toda España), la uniformidad de la señalética turística, o criterios similares en infraestructuras tecnológicas. García-Page recalcó que estas mejoras no tienen por qué estar atravesadas necesariamente por debates políticos o ideológicos.

En cuanto al balance regional, García-Page afirmó que Castilla-La Mancha sale reforzada en el sector primario, que se ha modernizado hasta convertirse en una industria competitiva. Destacó la pujanza de productos como el vino, el ques o la miel, su capacidad exportadora creciente, y recordó que la región tiene un peso industrial superior al promedio nacional. No obstante, reconoció que la Comunidad arrastra debilidades históricas, entre ellas el éxodo poblacional, la dispersión territorial y la necesidad de infraestructuras y servicios públicos mejor adaptados en zonas rurales.

Sobre el Gobierno central, García-Page reconoció que el presidente Pedro Sánchez ha logrado “resultados”, destacando especialmente el crecimiento económico del país. Pero advirtió de que crecer no basta si no se acompaña de una distribución más equilibrada de esa riqueza y de medidas que disminuyan la desigualdad.