Guadalajara, ejemplo defensivo en la Guerra Civil con 50 refugios antiaéreos públicos y 160 particulares

21/05/2021 - 16:20 J. P. / Julián Dueñas

El Palacio del Infantado, la inclusa y el asilo  fueron algunas de las víctimas de la aviación del bando sublevado durante la Guerra Civil. Hasta la nazi Legión Cóndor dejo caer sus proyectiles sobre esta ciudad. Por eso, no es de extrañar que las autoridades pusiesen especial atención a la construcción y arreglo de refugios antiaéreos. Y realizaron un trabajo tan eficaz, que incluso se convirtió en referente nacional. 

Desde la Asociación Histórica Frente de Guadalajara (AHFREGU), Julián Dueñas Méndez ha recuperado el proceso de construcción de antiaéreos en la ciudad. Un empeño que acabaría convirtiendo Guadalajara en ejemplo nacional para el bando republicano. 

El 2 de septiembre de 1936, Antonio Cañadas Ortego, alcalde de Guadalajara, publicaba un BANDO instando a la población a declarar los sótanos existentes y a limpiarlos “para acoger en caso de necesidad a la población civil”.  Se respondió a esta llamada, en principio, cumplimentando hasta un total de 83 fichas se sótanos utilizables, entre ellos los del edificio de Correos y el de la Guardia Nacional Republicana, situado en la calle Ramón y Cajal nº 15 y con capacidad para  acoger a 80 personas, aunque el refugio más grande de los que hay constancia, situado en la calle Ingeniero Mariño número 6, tenía capacidad para 150.

Si calculamos que cada persona ocupa, al menos, 1 metro cuadrado, en Guadalajara los sótanos declarados tenían espacio suficiente para proteger a 4.366 personas de los bombardeos. Se trataba de una cifra claramente insuficiente para una ciudad que, en aquellas fechas, tenía censado 15.985 habitantes.

Fichas de los primeros 83 sótanos habilitados para refugio.

 

La falta de refugios se hizo más preocupante aún tras sufrir los bombardeos de la aviación del bando sublevado, tal y como recogían los recortes de la prensa de la época, en la que queda patente el tono belicista tanto en sus titulares como en su relato. En este recorte de La Libertad del 8 de diciembre de 1936 se recoge, ni más ni menos, que el relato del bombardeo realizado por la Legión Cóndor, cedida por Hitler a Franco, sobre la ciudad y el Palacio del Infantado.

 

A primeros de enero de 1937 el Comité del Frente Popular realizó un llamamiento a la población para que cada uno aportase aquello que pudiera para construir nuevos refugios antiaéreos y mejorar los ya existentes. En él, indicaba que "como consecuencia de los bombardeos efectuados por la canalla fascista en días pasado, en que hubo decenas de víctimas inocentes", se había decidido actuar en lo refugios, pero que "este Comité no dispone de medios económicos para llevar a cabo estos trabajos", por lo que se pedía a los trabajadores que aportaran las ganancias correspondientes a un día de empleo. 

A finales de ese mismo mes se realiza un último llamamiento. “Teniendo en cuenta la utilidad de los mismo, no dudamos quede nadie sin contribuir a su terminación”. Además, se especifica que todo aquel que realice sus “donativos” recibirá el “correspondiente recibo”.

 

 

Así, durante todo el año de 1937 se construyen refugios antiaéreos por toda Guadalajara y se siguen habilitando sótanos particulares.

Los bombardeos aéreos se suceden, pero es en julio de 1937 cuando se produce uno de los más terribles, al caer las bombas en el Asilo, con 250 residentes, y la Inclusa, en la que había dos pabellones, según indican la prensa del momento, uno con 160 niños y otro con 300 entre niños y enfermos. “El personal de los talleres, los de la limpieza y las enfermeras, todos hicieron de puente bajando a los niños a los refugios”.

EL LIBERAL DEL 28/7//1937

Para primeros de 1938 los refugios antiaéreos en Guadalajara son una realidad. El 12 de febrero de 1938, sábado para más señas, el gobernador civil de la provincia invita a los periodistas madrileños para que den fe de la construcción de los refugios, además de presentarles otras mejoras que se han hecho en la provincia.

Los refugios antiaéreos públicos construidos son más de 50 y los particulares unos 160. Según los informes, con ellos ya se podía garantizar refugio a toda la población civil de Guadalajara.

El gobernador civil y los periodistas, saliendo de visitar uno de los refugios construidos para defensa de la población de Guadalajara.

En esta foto de la visita de los periodistas a Guadalajara, podemos ver al alcalde Facundo Abad; al delegado del Instituto de Reforma Agraria, José Zúñiga; al gobernador civil de la provincia, Ernesto Vega de la Iglesia; y al teniente coronel Cipriano Mera.

 

 

La prensa de la época no duda en destacar el trabajo realizado en la capital de la provincia para garantizar su defensa contra los bombardeos. En una información publicada en La Hora, se destaca también que “estas obras realizanse con fondos propios y sin la más mínima molestia para el Gobierno”, como poniendo ejemplo a seguir este caso para otras provincias “para que movilicen activamente sus propios recursos técnicos y económicos”. También se indica que “los refugios son de gran solidez y resistencia y están provistos de varias salidas”. 

Y también la publicación Solidaridad Obrera hace referencia a “El ejemplo de Guadalajara” señalando que “a todos afecta el problema de los refugios”, apuntando que es una “conducta que deben imitar, inmediatamente, todas las poblaciones”.

Son muchas las publicaciones que aparecen en aquellos días de febrero de 1938 poniendo a Guadalajara como ejemplo a seguir en la construcción de refugios que se ha hecho con la aportación de ciudadanos y empresas. Sin tener que pedir dinero al Gobierno.

En 2005 el Grupo Espeleológico ABISMO hizo un estudio sobre algunos de estos refugios, siendo especialmente llamativo el caso del que se encuentra bajo el parque de la Concordia, del que hicieron un mapa que aquí publicamos con la autorización de Javier Rejos.

AHFREGU .-Investigación Julián Dueñas Méndez