Guadalajara, la segunda provincia más envejecida en pueblos de menos de 100 habitantes

12/06/2021 - 20:10 Redacción

CLM financia un proyecto para combatir la inactividad de los mayores en zonas en despoblación.

Cada vez el incremento de la población envejecida en Guadalajara y, por ende, en España, es más acuciante. Por eso, entre los especialistas en geriatría está cada vez más en boga el término “envejecimiento exitoso”, encaminado a combatir la inactividad. Según los datos del INE, la población mayor de 65 años se ha incrementado en la provincia en 10 años desde el 16,80 por ciento en 2010, hasta el 17,40 en 2020. Eso, teniendo en cuenta que las localidades del Corredor del Henares cuentan con la población más joven del país.

Si vamos restringiendo valores no hace falta ir a porcentajes para entender la gravedad del problema. En términos absolutos, la provincia ocupa el segundo lugar en el ámbito nacional en habitantes mayores de 65 años en pueblos con menos de 100 habitantes. Estamos hablando de 8.335 personas, frente a las 9.408 de Burgos que está en el pódium.  La Junta quiere garantizar un “envejecimiento exitoso” para todos ellos, en uno de los cinco proyectos ITI (zonas afectadas por la despoblación) financiados por la Junta.

Guadalajara en su totalidad ha incrementado en un punto y medio su nivel de envejecimiento entre 2010 y 2020, atendiendo a los datos que se desprenden de los informes del Instituto Nacional de Estadística (INE). El reto demográfico contra la despoblación es tal que estas cifras incluyen las de municipios, como Villanueva de la Torre, Quer, Azuqueca o Alovera, que se encuentran a la cabeza de las localidades con una población más joven de España. Es decir, la llegada de familias jóvenes a la zona, que se asientan para criar y educar a uno o dos niños en el seno familiar, no es suficiente para combatir la tendencia progresiva al envejecimiento. Y ahora pasamos a datos absolutos.

Acotando la búsqueda a municipios con menos de 100 habitantes, nos encontramos que no hace falta acudir a los términos porcentuales para poder apreciar la relevancia del problema: La provincia se encuentra en el segundo lugar en cuanto a población envejecida en el año 2020: 8.335 habitantes, frente a los 9.408 de Burgos que encabeza en ranking. 

En esta línea, el Gobierno regional está financiando el proyecto, diseño y desarrollo de un sistema de detección y análisis de la actividad física y pautas de comportamiento para ayuda al diagnóstico de la fragilidad, uno de los cinco que desarrolla en zonas ITI (zonas afectadas por la despoblación), en Guadalajara, como indica la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez.  Según expertos en la materia, a partir de los 30 años, cuando se alcanza la plena madurez física y sexual, se dice que se pierde un 1% de las reservas funcionales por año, lo que en condiciones regulares lleva a una disminución de la mitad alrededor de los 80 años. “Si a lo anterior se suman enfermedades y otras eventualidades, la merma es más significativa, aunque quizá no homogénea en los aparatos y sistemas; este proceso se denomina homeoestenosis, es decir, la disminución de la capacidad para retornar a un equilibrio fisiológico (reducción en la resiliencia), lo que puede definir la edad fisiológica en paralelo con la cronológica, mental, psicológica, social y funcional”, aseveran los especialistas titulados en Geriatría, Rosalía María del Carmen Rodríguez García y Guillermo Antonio Lazcano Botello, en el libro que firman bajo el título Práctica de la Geriatría. 

Para combatir esta tendencia, hablan del “envejecimiento exitoso”, en el que “más personas envejecidas estén en mejores condiciones; en este concepto la dependencia y la discapacidad son entonces menos frecuentes, algo muy oportuno en un futuro no lejano, cuando la población envejecida sea numerosa y los cuidadores y recursos limitados; es necesario cambiar la visión estigmatizada de la vejez por una más positiva y optimista”.

La fragilidad es un estado asociado al envejecimiento, que conduce a una disminución de la reserva homeostática y de la capacidad de adaptación del organismo, produciendo en el individuo un aumento del riesgo de incapacidad, una pérdida de la resistencia y una mayor vulnerabilidad a eventos adversos. Para reducir la fragilidad hay que actuar sobre su principal factor de riesgo, la inactividad. 

Las intervenciones centradas en la actividad física han demostrado su eficacia en retrasar e, incluso, revertir la fragilidad y la discapacidad, habiéndose demostrado también la mejora del estado cognitivo y el aumento del bienestar emocional. “El objetivo de este proyecto, titulado FrailCheck (Frailty+Check), es diseñar, desarrollar y validar un sistema que sirva de ayuda a la valoración de la fragilidad en pacientes ancianos, este sistema estará basado en distintas tecnologías de detección que permitirán medir de manera suficientemente precisa la actividad física del anciano e, igualmente, a través de sistemas de localización, también se obtendrán sus pautas de comportamiento”, ilustran fuentes de la Junta. 

Se propone que los pacientes porten sistemas basados en nuevas tecnologías para ofrecer al personal médico y asistencial “un conjunto de evidencias objetivas que faciliten la evaluación temprana de la fragilidad de los pacientes, durante los periodos de tiempo que facultativamente se establezcan, así como el seguimiento de las terapias establecidas que permitan retrasarla e incluso revertirla”.