Guadalajara se reafirma como punta de lanza en el proceso de despoblación de la Serranía Celtibérica

24/01/2020 - 23:10 Redacción

La investigadora Pilar Burillo señala que los municipios de la provincia situados en esta interregión tahn reducido su densidad de población a 4,21 hab/km2, cuando el límite para ser desierto demográfico es de 10.

La situación de despoblación de la interregión Serranía Celtibérica es demoledora, según se desprende del estudio realizado por la experta de la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, Pilar Burillo, con los nuevos datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) referentes al 1 de enero de 2019, y siguiendo los nuevos criterios aprobados por el Parlamento Europeo. La población de esta interregión, formada por 1.355 municipios, y 65.824 km2 de extensión -más del doble que Cataluña o Bélgica-, ha descendido a 460.613 personas, lo que da una densidad de 6,99 hab/km2. La situación se podría calificar de “emergencia demográfica” si además se tiene en cuenta que la población que reside todo el año en la mayoría de los municipios suele ser un tercio de la censada.

En el nuevo trabajo realizado por la investigadora se presentan, por primera vez, los datos de Serranía Celtibérica separados por provincias. Por orden de menor a mayor densidad de población, en el primer grupo se encontrarían: Guadalajara (4,21 hab/km2); La Rioja (4,96 hab/km2), Castellón (5,51 hab/km2) y Valencia (6,01 hab/km2). Destaca Guadalajara por repartirse dicha población en el 91,08% de su provincia -46.848 habitantes en 11.114,97 km2)-. En el tramo superior se hallarían Teruel (7,06 hab/km2), Cuenca (7,83 hab/km2) y Soria (8,61 hab/km2), provincia que íntegramente estaría dentro de la interregión Serranía Celtibérica y que junto a Zaragoza (9,55 hab/km2) serían las dos provincias con densidad de población por encima de 8 hab/km2. En la franja intermedia estarían Segovia (6,15 hab/km2) y Burgos (6,59 hab/km2).

El descenso poblacional de Serranía Celtibérica es alarmante. En 1940 contaba con 982.616 habitantes y una densidad de 14,92 hab/km2. Hasta el año 2001 emigraron 481.936 personas, dejando el territorio en 500.680. Pero en el siglo XXI el descenso ha sido de 40.067, debido, esencialmente, a las defunciones.

Si se atiende a los 1.215 municipios con una densidad de población inferior a 12,5 hab/km2, la situación es escalofriante. Con datos de 2018, la población desciende a 200.843 habitantes, menos de la mitad; y, al ocupar un territorio de 58.643 km2, esto es el 89%, la densidad media de 3,42 hab/km2. Una cifra alarmante si se tiene en cuenta que en Geografía Humana menos de 10 hab/km2 se considera desierto demográfico. En cuanto a la edad de sus habitantes, los menores de 15 años son 15.327 y los mayores de 65 suman 68.726, lo que da lugar al índice de envejecimiento mayor de toda Europa, 448,39%; mientras el de España es de 120%.

En un momento en el que la Unión Europea y el Gobierno de España han puesto como acción prioritaria el cambio climático para alcanzar la neutralidad en el año 2050, Serranía Celtibérica hace años que la ha superado, pero, utilizando el símil, se puede afirmar que Serranía Celtibérica, calificada como el “Pulmón de Europa del Sur”, será el primer territorio europeo en alcanzar la “neutralidad demográfica” mucho antes del 2050.

Lo grave de esta situación, según la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, es el acto continuado de “demotanasia” al que está sometido este territorio, a pesar de que la Comisión Mixta Congreso-Senado aprobó por unanimidad, el 8 de octubre del 2015, la “Proposición no de Ley sobre el Proyecto Serranía Celtibérica contra la despoblación”, sin que se haya ejecutado ninguno de sus puntos.