Guadalajara vuelve a ser ‘Gigante’, cosmopolita e indie
El regreso del Festival Gigante a Guadalajara, despúes de cuatro años, ha tenido el éxito esperado. Aquí celebra durante este fin de semana, hasta el sábado, su décimo aniversario. Las casi 7.000 personas que se dieron ayer cita en los campos de la Fuente de la Niña pusieron de manifiesto que la capital merece un evento de estas dimensiones.
FOTOS: RAFAEL MARTÍN
Una vez más se demostró la afición que hay por la música Indie en la capital, desde los eclécticos, horteras y transgresores Ladilla Rusa, hasta los austeros y electropoperos Dorian o los poperos Besmaya.
Todo sucedió tras el susto inicial. Mucha gente mataba por las redes al toro antes de que saliera al ruedo. Llegaron a decir: “El Festival Gigante se ha acabado”. Nada más lejos de esta optimista previsión, llena de buenas energías y deseos. Algunos pronósticos daban lluvia, pero, según avanzaba la tarde, el cielo se iba despejando y la gente iba llegando según pasaban las horas, hasta que la fiesta alcanzara su punto culmen hacia las 23.00, coincidiendo con el concierto estrella de la jornada a cargo de los barceloneses Dorian.
Estrenaba la tarde la cantautora alcarreña Itziar Gregorio sobre las tablas del Escenario Guadalajara, por las que poco después pasaron el pop épico de Chef Creador; las letras ácidas e irónicas de Celia Becks; los sonidos latinos del cantautor y productor Andreew; la vanguardia pop del dúo madrileño Vangoura; el carisma inimitable y reivindicativo del huracán Rocío Saiz; y el viaje musical desde los 70 hasta la actualidad del DJ Robin Tooth.
Hacia las 22.00 horas sonaba Celia Becks, mientras caían las primeras cervezas, perritos calientes, gofres y platos de tex mex fast food. Paseando, unos metros más adelante, un espacio dedicado al mundo Mahou, con divertidos juegos incluidos. Y, más abajo, pasando por el escenario Gigante, se escuchaban los acordes de Malmo 040.
Avanzando, nos dimos de bruces con un indie de los buenos, veterano, David, de 50 años, que tomaba el colacao escuchando a Depeche Mode y Smiths y que ahora sigue a unos menos veteranos, pero también con sus años, Dorian. Él es de Guadalajara, de los de toda la vida. Hace cuatro años se dejó de hacer el festival “y creo que no fue nada positivo para esta ciudad”, señala. A su juicio revitaliza la ciudad y da publicidad. Es algo genial. “Me gusta la música Indie, el ambiente, hoy vengo a ver a Dorian y Samurai, entre otros”, asegura. Toda esta semana acudirá para darlo todo. “Soy de los indies legendarios, de los que tirábamos flechas y montábamos a caballo”, presume.
Sonaba en el escenario Vibramaou el dúo Besmaya con su atmósfera de pop distendido, presentando las canciones de su álbum Nuevos lemas, su primer larga duración. Un show en el que nos sumergieron en un auténtico viaje introspectivo que sedujo al público con su cóctel sonoro a caballo entre lo orgánico y lo electrónico.
Quedaba poco para el momento estelar de la jornada. Las luces del escenario se encendían tenuemente para dar paso a Dorian, pero aún nos dio tiempo de hablar con Vita, artista, que mañana pincha en el festival a las 02.00 horas de la madrugada. Su especialidad es Indie, Indie pop, electrónica y un poco de urbano. “Me parece muy bien que el Gigante vuelva a tierras castellanomanchegas, porque yo soy de Toledo”, opina. Ella, junto a sus amigas, acude a ver especialmente a Samurai.
“Brindemos por los que nos dieron la vida”, rezaba la pantalla del escenario de Dorian.
De repente suenan los acordes de Los amigos que perdí. Asoman por la tarima los barceloneses Marc y compañía con su puesta en escena y vestimenta clásica: ropa negra, sintetizadores, cajas de ritmos, guitarra, bajo y batería. Todos, absolutamente todos, la cantaron al unísono. El temblor, Verte amanecer, Energía rara algunos temas de su inminente nuevo disco, Futuros imposibles. A cualquier otra parte, La Tormenta de Arena… Los grandes éxitos empujaron hacia arriba al público y al festival, en un recital que contó con una zona valle de emociones que se proyectó al infinito a su finalización.
Música techno y electropop se alternaba con el dark wave y post punk de los 80. Una combinación explosiva que hizo bailar a personas de todas las edades, con una curiosidad muy propia de los festivales Indie: la diversidad de formas de vestir. Nadie iba igual. Hipsters, siniestros, gente con sus vaqueros y camisa al estilo clásico, camisas floreadas, eso sí, algo más al estilo, e incluso peñas con sus camisetas, colaboraron y lo dieron todo para que el nombre de Guadalajara apareciera por toda España.
Tomó el relevo la garra de Samuraï y su arrolladora energía, que desataron la locura de los presentes con ese sonido rock dosmilero hecho para bailar, saltar y gritar hasta quedarse sin voz. Y así ocurrió este jueves en el Estadio Fuente de la Niña con canciones como 'Por si mañana no estoy' o 'Corazón quemado', presentes en su próximo disco "El silencio del ruido", o su exitoso himno junto a La La Love You, 'El principio de algo'.
Cerró la noche la Fiesta Polenta, una de las citas más populares de Argentina que aterrizó en Guadalajara para ofrecer lo mejor del reggaetón y el latin house arropado por un espectacular show de luces led, láseres y visuales que transportaron al público a un universo único.
El Festival Gigante continúa mañana desde el mediodía con las actuaciones gratuitas de King Sapo, La Milagrosa y Mocatrices en la Plaza Mayor, y con Iván Ferreiro, Rayden, Marlena, Carlangas y Los Cubatas, Colectivo Panamera o Repion, entre otros muchos, en el recinto principal.