Julia Moratilla: una vida dedicada a Cabanillas y a la mujer

Julia Moratilla Andrés, Juli para todos en Cabanillas del Campo, es una de esas figuras discretas pero inquebrantables que han creado el tejido social de un pueblo pequeño, transformando vidas con tenacidad y visión. Nacida en un entorno rural de Guadalajara a comienzos de los años 40, Juli representa la generación de mujeres que crecieron en un España franquista donde las oportunidades para ellas se reducían a los fogones y los campos de patata. A los 15 años salió de su pueblo, “donde el ambiente era asfixiante y te controlaban en cuanto te salías de la norma”, según sus propias palabras en una entrevista de 2018.
Esta marcha temprana marcó el inicio de su liberación personal, que más tarde extendería a cientos de vecinas en Cabanillas del Campo, el municipio donde ha residido los últimos 50 años, criando a sus hijos y trabajando incansablemente en el campo, en el hogar, o en negocios tan recordados por toda una generación como fue aquella mítica Discoteca “Konys”.
Su trayectoria como activista comienza en la década de 1980, cuando, junto a un grupo de nueve "mujeres atrevidas" fundó la Asociación de Mujeres "La Campiña" en 1988. Sin dinero ni sede, se reunían para practicar gimnasia incluso con faldas, porque "los pantalones significaban modernidad".
El objetivo era claro: dar visibilidad a la mujer, liberarla del "corsé patriarcal" que la confinaba a las labores domésticas y combatir el aislamiento social. Bajo su presidencia, ininterrumpida durante más de 35 años, la asociación creció hasta integrar cerca de 600 miembros (mujeres y hombres), convirtiéndose en un pilar de actividades deportivas, educativas y culturales. Han organizado talleres de nuevas tecnologías para combatir la brecha digital, encuentros de bolillos, galas líricas o participaciones y colaboraciones constantes en fiestas locales como las de San Blas, el Cristo de mayo, la Cabalgata de Reyes o el Carnaval, entre otras. También han organizado constantes excursiones y viajes culturales que han ayudado a muchas mujeres a salir de casa y vivir experiencias enriquecedoras.
Pero Juli no se ha limitado al ámbito local. Su labor trascendió fronteras municipales cuando "La Campiña" fue designada asociación vocal en el Consejo Regional de la Mujer en 2019, un órgano de consulta del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha que reconocía su incansable actividad pública y compromiso con la comunidad. Juli ha sido pionera en la lucha por la Igualdad, y asociaciones como La Campiña fueron un referente para apoyar a víctimas de violencia de género y empoderar a las mujeres, cuando muy pocos hablaban de estos temas.
Además, la pasión de Juli por la memoria histórica colectiva de Cabanillas la llevó a ser nombrada Cronista Oficial de la localidad en 2020, junto a historiadores locales, por su contribución a preservar el patrimonio cultural del pueblo. También ha participado muy directamente en iniciativas como la recuperación de la Botarga de San Blas, y en multitud de actividades culturales.
A sus más de 80 años, Julia reflexiona hoy con optimismo: "Nuestra asociación se ha hecho mayor y gracias a colectivos como este algún día dejaremos de hablar de desigualdad", dijo en su día.

El 27 de noviembre de 2025 Cabanillas le rindió un homenaje solemne en la reapertura del Centro de la Mujer —rehabilitado con una inversión conjunta entre el Ayuntamiento y la Diputación—, que ahora lleva su nombre: "Centro de la Mujer Julia Moratilla Andrés". El acto, que tuve el honor de presidir junto al presidente de la Diputación, José Luis Vega, incluyó un vídeo con decenas de fotografías de su vida, discursos elogiosos y la entrega de una placa conmemorativa. Fue un reconocimiento merecido a una luchadora por la mujer que ha convertido a su pueblo de adopción en un ejemplo de igualdad y sororidad.
En resumen, Julia Moratilla Andrés no es solo una presidenta, es el alma de "La Campiña", una mujer que, con seguridad en sí misma ganada a pulso, ha despertado a generaciones enteras. Y todo ello sin dejar de lado su fuerte capacidad de aglutinar a su familia y amistades alrededor de su figura y de su casa, un hogar abierto que siempre ha sido punto de encuentro constante para todo su entorno.
El legado de Juli, de raíces humildes e impacto global, inspira a seguir tejiendo redes de apoyo en un mundo que aún necesita voces como la suya. Porque si Cabanillas es hoy un lugar más libre para las mujeres, es algo que debemos, en gran medida a Julia Moratilla Andrés.