La Banda de Música Santa María Magdalena engrandece las fiestas de Mondéjar con música y devoción

07/09/2025 - 19:56 Paco Campos

Las fiestas patronales  no se conciben sin la Banda de Música Santa María Magdalena, una formación que cada mes de septiembre inunda de notas las calles del pueblo en honor al Santísimo Cristo del Calvario. “Para nosotros, las fiestas es cuando todo el trabajo acumulado cobra sentido”, afirma Pablo Murillo, presidente de la agrupación, convencido de que la música es parte esencial del sentimiento colectivo que se vive en estos días.
 

Murillo, quien además toca la trompeta, comparte la intensidad que se alcanza cuando los músicos se suman a los actos en honor al Cristo, que culminan el día 14 de septiembre con el Día Grande. La procesión de traslado de la imagen, que se celebra la tarde del día 13, es uno de los momentos más esperados. “Cuando se abren las puertas de la ermita y el Cristo sale a la calle, la música adquiere otra dimensión”, asegura. En ese momento, las notas del himno nacional acompañan no solo la imagen, sino también la emoción de los miles de devotos que se congregan. Los músicos, apostados en un lugar privilegiado, presencian la cohetada y aguardan el momento exacto para tocar, una experiencia que el propio presidente califica de “emocionante”.
 La Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario, es el pilar sobre el que descansan las celebraciones. Para Murillo, la vinculación entre banda y hermandad es inseparable: “Nosotros ponemos la música, pero el sentimiento es de todos”. La banda acompaña a la Hermandad prácticamente durante todo el Día Grande, desde la diana matinal hasta la procesión de la tarde.
    

El “milagro” de que una banda con 60 músicos se consolide en la llamada “España Vaciada” no es casualidad. La preparación para esos días comienza muchos meses antes. “El esfuerzo es compartido”, asegura Murillo. La banda cuenta con 60 músicos en plantilla y una junta directiva de diez personas, cada una con un rol específico. A lo largo de la semana, los músicos ensayan de forma individual con sus profesores. Los miércoles, por ejemplo, es el turno de los metales, y los viernes, el de los clarinetes. El sábado, todos se reúnen de 11 a 14 h, durante tres horas, para poner en común el repertorio y lograr que todo encaje bajo las órdenes de su directora.

Esta rigurosa rutina permite que, a pesar de ser una banda amateur, la calidad sea alta. Son en su mayoría padres de familia, con oficios variados, que dedican su tiempo libre a seguir formándose y perfeccionando las partituras. La diversidad instrumental —clarinetes, flautas, saxofón, trombón, tuba, trompetas, e incluso una batería de nueve tambores y un par de cornetas— refleja la riqueza de una agrupación que es un referente comarcal. “Ese trabajo silencioso es el que permite que en fiestas todo fluya con naturalidad”, comenta Murillo.
    
Dirección
Al frente de la formación está la directora artística Pilar Montejano. El compromiso de Pilar es muy personal, ya que su propio padre, Julián Montejano, fue uno de los pioneros que refundó la banda en 1983, cuando otro Julián, de apellido Jiménez, era alcalde. Desde entonces, la agrupación ha operado de forma ininterrumpida durante 42 años. La banda también cuenta con seis profesores de conservatorio superior que imparten clases en la Escuela de Música y Danza, una institución que tiene 170 alumnos y es un “referente comarcal”.
    

El presidente subraya el apoyo del Ayuntamiento de Mondéjar y el de su alcalde, José Luis Vega, que entiende la importancia de la banda y lo que significa para las fiestas patronales.
    

Aunque septiembre es la gran cita, la Banda Santa María Magdalena no se limita a los actos patronales. A lo largo del año, participa en romerías, conciertos, procesiones de Semana Santa, y otros eventos, demostrando su importancia como motor cultural para Mondéjar. 
    

Cuando se le pregunta qué se siente en los días grandes, Murillo lo resume en una frase: “Orgullo, porque sabemos que formamos parte de algo más grande que nosotros”. Para los músicos, tocar en las calles de su pueblo significa acompañar a vecinos, familiares y amigos. Para la Hermandad, la música es una expresión de fe compartida. Y para Mondéjar, es la certeza de que las fiestas del Cristo no se entienden sin el sonido de su banda.