La colegiata de Pastrana, pendiente de Patrimonio para culminar su transformación

14/10/2013 - 14:05 Redacción

En apenas un mes, las obras de transformación de la Colegiata de Pastrana en Museo de Tapices podrían quedar completamente finalizadas. En estos momentos, se están realizando algunos remates en el edificio, pero hay un punto que podría demorar los trabajos: la ejecución de la fachada del edificio. Según explica el director de obra y arquitecto del proyecto, Francisco Jurado, desde el principio la idea ha sido cubrir la fachada de la iglesia con placas de piedra que sirvan para aislar el edificio. Esto cumpliría una doble función. Por un lado, servirá para aislar el interior del museo de las altas temperaturas que se registran durante el verano, que podrían llegar a ocasionar daños en los tapices. Por otro, haría el edificio sostenible desde un punto de vista energético, ya que la temperatura se mantendría en límites aceptables en el interior sin necesidad de consumir grandes cantidades de energía. Sin embargo, antes de poder acometer esta parte de los trabajos, es necesario obtener el visto bueno de la Comisión de Patrimonio para recubrir la piedra original de la colegiata.
Jurado considera que, ahora mismo, la decisión “está en el aire”. Sin embargo, defiende la necesidad de que le den luz verde porque “ahora mismo la obra está incompleta”. Desde su visión, se trata de una decisión necesaria para garantizar el correcto mantenimiento de los tapices, “que han sido los que han condicionado todo en este proyecto, desde la iluminación hasta el vaciado del interior”. En ese sentido, recuerda que se ha procedido a elevar la cubierta exterior y rebajar el suelo para poder ganar una planta más en las instalaciones y así facilitar la visita a las mismas. “Aquello si que podía ser más polémico”. También se ha instalado un suelo ventilado para garantizar que no se produzcan humedades, e incluso se habilitará una pasarela de un metro de altura para que los visitantes puedan disfrutar de los tapices desde la mejor perspectiva. Por todo ello, el reconocido arquitecto considera que este museo va a ser lo suficientemente “singular”, como para que no haya “motivo para querer esconderlo”. 
No es la primera vez que Jurado se encuentra con problemas de este tipo para ejecutar sus proyectos. Profesor asociado de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, restauró una sinagoga en Lorca, donde también encargó de la construcción del Parador. Aunque hubo quien consideró que su reforma de la sinagoga rompía con los cánones establecidos, al final se ha convertido en uno los monumentos más visitados de la localidad.
Sencillo y complicado
La actuación realizada en la colegiata de Pastrana “es un proyecto muy estudiado para que parezca muy sencillo”, explica Jurado. La inversión de 724.000 euros realizada, estaba íntegramente dirigida a configurar un espacio en el que pudieran apreciarse los tapices con todo su explendor. Además de las decisiones técnicas adoptadas para evitar humedades y un excesivo calentamiento, se ha decidido inclinarlos ligeramente para que tengan un apoyo y no cuelguen, lo que evitará que se estiren demasiado con el paso del tiempo. También han instalado iluminación led para que no exista radiación ultravioleta. Y en el aspecto meramente expositivo, se ha apostado por el uso de colores oscuros que sirvan para resaltar los tapices, que estarán acompañados por pantallas táctiles explicativas.
 Entre los trabajos que ya se han finalizado se encuentran las excavaciones arqueológicas previas, la  retirada de la antigua escalera de acceso a la sala capitular y la construcción de una nueva que dé acceso a las salas expositivas. También se ha instalado un ascensor para hacer el edificio accesible y se ha procedido a recolocar los sillares pertenecientes a la puerta que separaba las dos salas del Museo. De igual forma, y entre otras cosas, se ha ejecutado una rampa accesible que conecta la actual sacristía con las salas del Museo.
Y aún faltarían algunos remates de la instalación eléctrica, la colocación de nueva puerta de acceso al museo, el revestimiento en vidrio del recinto del ascensor y la recolocación de puertas de madera labrada en el nuevo arco de piedra dentro del templo.