La Diputación apoya al programa ‘anticocaína’ de Proyecto Hombre

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: BEATRIZ PARIENTE
Salud
La presidenta de la institución provincial firmó un convenio ayer en virtud del cual aportará 19.000 euros
Desde su creación, en 1992, cientos de personas se han beneficiado de los servicios terapéuticos prestados desde Proyecto Hombre Castilla-La Mancha, una iniciativa ideada para ayudar a los pacientes que padecen problemas de adicción, principalmente a drogas, a recuperarse y rehacer su vida con normalidad. El desarrollo de esta iniciativa no sería posible si no fuera por la contribución que realizan distintas administraciones. En este caso, la protagonista de la noticia fue la Diputación provincial de Guadalajara y su renovación del convenio anual de ayuda con el Proyecto.
La presidenta de la institución provincial, María Antonia Pérez León, señaló que, en esta ocasión, los 19.000 euros de aportación se destinarán a un programa en concreto, el relacionado con la rehabilitación, reinserción social y apoyo familiar a las personas con adicción a la cocaína, una de las drogas más consumidas y que más adicción genera en quienes las toman. Entre estas personas, según detalló el responsable de Proyecto Hombre, Modesto Salgado, las hay de todas las características y segmentos sociales y culturales. Y es que, frente a la heroína, que sí suele generar más recelos entre los consumidores, la cocaína ofrece la falsa sensación de mantener el control a quien la toma, cuando en realidad no es así.

Tratamiento de adicción a la cocaína
La presidenta de la Diputación recordó que, en el caso del programa subvencionado, existen unos requisitos mínimos para poder participar en el programa de tratamiento para la adicción a la cocaína, dado que se trata de un programa ambulatorio que no requiere del ingreso. Por este motivo, los pacientes, que tienen que ser mayores de edad, deben presentar capacidad de control de su vida, así como un puesto de trabajo y una mínima estructura social.
El programa tiene una duración de año y medio y se divide en tres fases de seis meses aproximadamente cada una: fase de integración, fase de crecimiento personal y fase de autonomía. Modesto Salgado explica que, en el caso de la primera fase, los pacientes toman contacto por primera vez con las instalaciones y asumen su adicción, mientras que en la segunda fase se estudian sus problemas del pasado y se analizan. En ambas fases se requiere de la visita del paciente dos tardes por semana, en las que participa en una terapia grupal que también requiere del apoyo familiar para poder llevarse a cabo.
Durante 2009 se realizaron 201 atenciones, 106 ingresos, 65 altas voluntarias, cinco derivaciones internas a Proyecto Hombre, 29 altas terapéuticas y 102 personas acabaron el ejercicio dentro del proceso.
El índice de permanencia en este programa ronda el 60 por ciento, mientras que se reduce a un 50 por ciento en el caso de las comunidades terapéuticas –tratamientos con ingreso–. Según Modesto Salgado, el perfil de edad de los pacientes ronda la treintena, mientras que el resto de sus características es de lo más variopinto, al pertenecer a diferentes profesiones y estatus sociales.

Óptica multidisciplinar
Para curar la adicción de los enfermos, Proyecto Hombre Castilla-La Mancha parte de una visión integral del proceso que deben realizar los usuarios, ya sea desde su adicción física hasta su situación psicológica y su integración social. Las terapias pueden ser individuales o grupales y existen diferentes grados de interacción con las instalaciones de la carretera de Fontanar, tales como el ingreso durante el periodo que se considere necesario o la visita varias veces por semana.

Programas
Junto al programa de tratamiento de la adicción a la cocaína, Proyecto Hombre desarrolla otras iniciativas, como el programa base, dirigido a personas mayores de 18 años, con dependencia a sustancias tóxicas, y que por su grado de adicción o que por su situación social y personal necesiten un período de internamiento en el centro de tratamiento.
En este caso, el objetivo del programa es generar un proceso de cambio en los usuarios de tal manera que logren dejar una vida dependiente de determinadas sustancias para conseguir otra más autónoma. Como el tratamiento para la adicción a la cocaína, se articula en tres fases. La primera, de acogida, se realiza en un tiempo aproximado de tres meses en régimen residencial o ambulatorio. Su objetivo es facilitar y promover el proceso personal de motivación para el cambio en los usuarios, de modo que permanezcan en el tratamiento participando de forma activa en el mismo.
La segunda fase se realiza en régimen de internado con una duración aproximada de 10 meses. El objetivo general es promover el crecimiento personal de los usuarios. Esta fase sólo se desarrolla en Guadalajara, en la finca de Castillejos.
Por último, la fase de reinserción corresponde con el proceso final del programa de rehabilitación y se desarrolla en un período de nueve meses, con carácter ambulatorio. Su objetivo es conseguir la autorrealización personal y la integración autónoma en el ámbito familiar, social y laboral.
En 2009, se produjeron 125 ingresos en la primera fase, 134 en la segunda y otros 24 en la tercera.