La lluvia impidió la salida de las procesiones del Viernes Santo seguntino
La meteorología propició ayer un Viernes Santo pasado por agua que impidió la salida de dos de las procesiones más bellas y sentidas de la Semana Santa seguntina.
Ambas tuvieron que desarrollarse en el interior de la Catedral de Sigüenza, debido a la lluvia que cayó a lo largo de todo el día, provocando la crecida del río Henares a su paso por Sigüenza.
Anoche, presente en la ceremonia del Descendimiento y acompañando la procesión estuvo la corporación municipal, encabezada por la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, entre otras autoridades provinciales y regionales, como el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido.
2024 ha sido el sexto año en el que se ha celebrado la Ceremonia del Descendimiento, el que probablemente fuera el último auto religioso representado en la Catedral. 237 años después de que lo prohibiera el obispo, Juan Díaz Guerra, el día de Viernes Santo de 2017 volvía a representarse, algo que volvía a suceder en 2018, 2019, 2022, 2023 y ayer, día de Viernes Santo de 2024, con las dos obligadas suspensiones en los años de pandemia.
A continuación del Sermón de la Soledad, pronunciado por el obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Julián Ruiz Martorell, presente en toda la Semana Santa seguntina, los 'armaos' eméritos Tomás y José Ortega, vestidos con túnica negra y faja roja, se encargaban de quitar los clavos de la talla del crucificado, bajar los brazos articulados, llevar a cabo el descendimiento propiamente dicho para meter al crucificado en la urna, ayudados en la tarea por otros hermanos eméritos. Así daba comienzo la Procesión del Silencio, que es sin duda la más solemne y concurrida de cuantas se celebran en la Semana Santa de la ciudad del Doncel y que es Fiesta de Interés Turístico Provincial.
El Santo Sepulcro y la Virgen de la Soledad, a hombros de los costaleros y precedidos por la banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de la Vera Cruz, daban dos vueltas completas en el interior de la Catedral, sin poder bajar, como es habitual, hasta la Ermita de San Lázaro, puesto que, a esa hora, pasadas las nueve de la noche, volvía a llover sobre Sigüenza.
María Jesús Merino agradecía la brillantez, fervor y devoción con la que la Cofradía de la Vera Cruz y del Santo Sepulcro organiza y desarrolla los actos de la Semana Santa. “La singularidad de la Semana Santa seguntina, y el celo con el que se han preservado las tradiciones, que, por otra parte, también han sabido renovar, es un patrimonio inmaterial de valor incalculable”, afirma la alcaldesa.