La Red de Calor de Guadalajara llega a una docena de edificios públicos
Las redes de calor sostenibles de Rebi están liderando la transición energética en ciudades como Guadalajara, a través de su compromiso con la sostenibilidad, la eficiencia energética, la reducción de emisiones de CO2 y empleo local. Y cada vez son más vecinos los que están concienciados con dejar atrás los combustibles fósiles como el gas y el gasóleo, cuyos precios están sometidos a la coyuntura internacional, desvinculándose de importaciones y contribuyendo a la seguridad y autonomía energética. Esto es especialmente relevante en el contexto actual de inestabilidad en los mercados energéticos internacionales por la situación en Oriente Medio y en Ucrania. El principal motivo es la protección del medio ambiente y la apuesta por el cambio climático, pero también el ahorro que supone en la factura de calefacción y agua caliente utilizar una energía sostenible.
“Y no hay que olvidar que la Red de Calor es una forma de desarrollo de economía circular, en la que nuestra materia prima es la biomasa procedente de la limpieza de los montes de la provincia, que se transforma y genera energía en Guadalajara para los vecinos de la ciudad, y que además emplea a trabajadores de aquí; el mantenimiento y la operación de las redes de calor fomentan un empleo estable en zonas que suelen enfrentar problemas de despoblación, es una energía de Guadalajara para Guadalajara, y es una suerte poder tener la oportunidad de sumarse a este proyecto”, explica David Gómez, responsable de la Red de Calor.
Desde la calle Méjico 45 comienza todo el proceso, en la central de calor, “aquí tenemos nuestras oficinas, en la planta de arriba, y abajo los equipos de última generación, las calderas de biomasa, el silo, el depósito, las bombas y, por supuesto, los filtros de partículas. Cualquier persona, asociación, comunidad de vecinos o centro educativo que quiera conocer su funcionamiento puede venir. Hay que solicitar previamente una cita y nosotros le hacemos una visita guiada por la central”, precisa Gómez.
Esta iniciativa no es nueva, hay una larga tradición en Europa en este tipo de proyectos, pero España tiene aún un largo camino que recorrer en esta materia, y Rebi lidera el sector desde que en 2015 puso en funcionamiento la Red de Calor más larga de España en Soria, junto con otra en el municipio soriano de Ólvega. A partir de ahí, la experiencia se extendió a Valladolid, Aranda de Duero, Guadalajara, Cuenca y Móstoles.
Las redes de calor de Rebi han adquirido una relevancia estratégica significativa en el contexto de la transición energética en España. Representan una solución eficiente, sostenible y de bajo impacto ambiental para la calefacción y el agua caliente en sectores como el residencial, el industrial y el terciario. Esto las posiciona en el centro de los esfuerzos por reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir la huella de carbono en el país, al tiempo que fomentan el desarrollo de una economía local.
David Gómez puntualiza que “los vecinos cada vez van siendo más conscientes de la importancia estratégica de redes como la de Guadalajara en el contexto nacional, en aspectos como la reducción de emisiones. Está alineada con los objetivos de descarbonización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de España, que busca reducir las emisiones en un 23% para 2030 en comparación con los niveles de 1990. Y también es importante la estabilidad de costos: la Red de Calor ofrece precios más estables que los combustibles fósiles, ya que la biomasa no está sujeta a las fluctuaciones de los mercados internacionales de energía. Esto permite a los consumidores y a las comunidades beneficiadas mantener sus facturas energéticas bajo control, lo cual es especialmente valioso en periodos de alta volatilidad en los precios de la energía”.
En la ciudad de Guadalajara son 76 los edificios conectados a la Red con más de 3.500 viviendas, y los edificios públicos de las administraciones como el colegio público Alvarfañez de Minaya, el Alcarria, el Balconcillo, CEPA Río Sorbe, El Doncel, El Rufino Blanco, parvulario Ocejón, complejo San José y la UNED, el polideportivo San José, el IES Buero Vallejo, el Castilla, el CIFP Guadalajara y el Archivo Histórico. Y pronto estarán conectados el IES Brianda de Mendoza, Las Anejas y la Escuela Oficial de Idiomas. Además de la residencia Príncipe Felipe y el Conservatorio de Música. “La descarbonización de las ciudades es sin duda un reto para los gobiernos, no sólo medioambiental sino también de salud, por la necesidad de dejar de emitir partículas NOx, CO2, etc que desencadenan enfermedades respiratorias”, recuerda David Gómez.
El avance de la Red de Calor de Guadalajara marcha a un ritmo vertiginoso y, si bien el uso de biomasa en redes de calor es una solución eficiente, la evolución de las tecnologías, la gestión de recursos y las expectativas de mayor reducción de emisiones plantean varios desafíos clave como la integración de hibridaciones de Energías Renovables, la incorporación de fuentes de energía adicionales como la solar térmica, la geotermia o la recuperación de humos y gases residuales, que ahora mismo ocupa la innovación, investigación y desarrollo del equipo de Rebi. “Implementar un sistema híbrido implica optimizar el uso de la biomasa en combinación con otras energías. Esto demanda algoritmos de gestión energética avanzados que determinan cuándo es más eficiente usar biomasa, recuperación de calor residual u otras energías en función de la demanda y la disponibilidad de recursos, y en esto estamos trabajando”, sentencia el responsable de la Red de Calor.