La UNED relata los acontecimientos de la Batalla de Guadalajara
Las estrategias bélicas, las vicisitudes políticas y el uso de la propaganda o la repercusión mediática internacional de la contienda fueron los temas tratados en este primer Curso de Verano.
Son numerosos los factores que configuran el transcurso y las diversas repercusiones de una guerra. Las estrategias bélicas, las vicisitudes políticas y el uso de la propaganda o la repercusión mediática internacional de la contienda fueron los temas tratados en el curso sobre la batalla de Guadalajara que la UNED impartió en su centro asociado de la capital alcarreña.
Una batalla, la acontecida en Guadalajara, que devino en victoria republicana y supuso un desbarajuste en las acciones del ejército franquista que desvió sus ofensivas a la periferia peninsular.
CONTEXTO Y ACCIONES DE LA BATALLA
La primera jornada comenzó con la intervención de Fernando Puell de la Villa, profesor del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado y coronel de infantería. En cuanto a la contienda señaló la necesidad de Franco por hacerse con Madrid a través de un plan formado por varias acciones ofensivas que dieron lugar a la batalla de la Carretera de la Coruña y la batalla del Jarama. El fracaso de estas maniobras culminó en la batalla de Guadalajara, cuya finalidad era la de introducirse en la capital de España desde el norte de la provincia. Tras la toma de Málaga por el Corpo Truppe Volontarie enviado por Benito Mussolini las tropas del Duce decidieron acelerar el conflicto, algo que derivó en la alianza de "nacionales" e italianos para atacar a los republicanos apostillados en Guadalajara. Finalmente las condiciones climáticas, los fallos en la operación logística y la falta de valoración sobre el enemigo dieron al traste con los propósitos de Franco –algo que se tradujo en la prolongación del conflicto– y la derrota italiana supuso un varapalo para las tropas de Mussolini, que esperaba afianzar su poder en el Mediterráneo para combatir la hegemonía francesa.
La segunda ponencia fue la de Carlos J. Medina Ávila, coronel de artillería y diplomado de Estado Mayor, centrada en la concepción estratégica y repercusiones militares del choque producido en Guadalajara. Destacó los diversos niveles de estudio sobre una batalla como el estratégico, el táctico y el operacional. Dentro de este último resaltó la labor del Estado Mayor encargado de la gestión de las operaciones logísticas. En cuanto al juicio crítico sobre las fuerzas enfrentadas puso de relieve la mala previsión de los italianos en cuanto al tiempo atmosférico y las actividades logísticas y ponderó la actuación de reservas y aviación republicana como clave en la victoria del ejército gubernamental.
La sesión concluyó con varias visitas guiadas. La primera parada tuvo lugar en la Posición Saldón, el búnker antiaéreo situado en el término de Valdeluz y que sirvió de puesto de mando para el IV Cuerpo del Ejército Republicano de Cipriano Mera. También se visitó una zanja destinada a combatir los tanques en la zona de Trijueque, el Palacio de Ibarra, testigo del enfrentamiento entre los italianos afines a la república del Batallón Garibaldi y los partidarios de la sublevación del Corpo Truppe Volontarie, así como unas trincheras ubicadas en la zona de Villaviciosa.
PROPAGANDA Y PRESENCIA DE LOS ITALIANOS EN GUADALAJARA
La segunda jornada contó con la presencia de Francisco Sevillano Calero, profesor de historia en la Universidad de Alicante, cuya conferencia versó acerca de los mecanismos propagandísticos empleados por sublevados y republicanos.
Puso en valor la vertiente emocional, generadora de actitudes y opiniones, suscitada por la propaganda. Una forma de actuar que ha estado presente en los grandes conflictos bélicos contemporáneos y que tuvo su apogeo con la llegada de los medios de radiodifusión amén de la consolidación de la prensa escrita como forma de llegar a las masas. Esta agitación propagandística define la construcción identitaria del pueblo y las tropas inmersas en la contienda. Una forma de describir al otro mediante la oposición a los valores propios. Calero apuntó la concepción de Bernays acerca de la opinión pública, es decir, la “elaboración de un estereotipo”. El enemigo entendido como significante común –republicanos o “nacionales”– pero con significados diferentes –las características atribuidas a cada una de las partes–. El uso de los partes de guerra durante el conflicto o su ausencia, entendidos como una forma de hacer propaganda, marcaría los sucesivos acontecimientos.
La segunda intervención de la jornada fue la de Dimas Vaquero Peláez, profesor de historia en la Universidad de Zaragoza, y tuvo como tema principal la participación de las tropas italianas en el contexto de la Guerra Civil. El profesor indicó la comparativa realizada tras la batalla de Guadalajara y la consecuente derrota del Corpo Truppe Volontarie con la sufrida por los italianos en Caporetto durante el marco de la Primera Guerra Mundial. Pese a la diferencia de dimensiones de ambos choques la derrota en Guadalajara marcaría una visibilidad a nivel internacional que resultaba perjudicial para los intereses de Mussolini. El fracaso italiano fue duramente criticado en los informes de los mandos del Duce.
El día culminó con la visita a Brihuega, municipio de gran entidad durante la época de la contienda y que se convirtió en un escenario estratégico para la batalla de Guadalajara ya que su toma hubiera supuesto, en aquel instante, un importante punto de avance para las tropas rebeldes. La localidad briocense acogió también una mesa redonda formada por Pedro Aguilar, José García de la Torre, Raúl Conde y Joaquín Hernández, autores del libro ‘Guadalajara 1937. Testimonios de una batalla’ y que cuenta con el prólogo del desaparecido periodista y escritor Manu Leguineche.
ECOS PERIODÍSTICOS DE LA CONTIENDA Y CONCLUSIONES GENERALES SOBRE LA GUERRA
El último día de ponencias giró en torno a la presencia de periodistas internacionales durante la contienda y el planteamiento de una visión para entender la Guerra Civil capaz de trascender los condicionantes propagandísticos y las memorias.
Raúl Conde Suárez, redactor del diario El Mundo, fue el primero en intervenir. Su exposición remarcó la falta de rigor de los redactores internacionales intervinientes durante la Guerra Civil en comparación a los criterios actuales a la hora de cubrir cualquier conflicto a nivel informativo. En sus palabras, Conde, destacó que “no hubo buen periodismo en el sentido anglosajón del término aunque sí buena literatura”. Una contienda, la que tuvo lugar en España, seguida con interés por los medios extranjeros debido a su gravedad, magnitud y posibles repercusiones geopolíticas en una Europa escindida y preocupada ante el auge del fascismo. El periodista ha apuntado que el fin último de aquellos reporteros de guerra era agitar las conciencias de sus correspondientes gobiernos.
Jay Allen, Robert Capa, George Steer, John Dos Passos, George Orwell, Ernest Hemingway o Martha Gellhorn fueron algunos de los protagonistas cuyas crónicas relataban el devenir de los días durante el conflicto con un discurso que en ocasiones apelaba a lo emocional como método prepagandístico.
La última intervención, y conclusión del curso, fue la de Julián Casanova Ruiz, catedrático de historia de la Universidad de Zaragoza, que ha propuesto las bases para un entendimiento global de la Guerra Civil.
En primer lugar ha señalado el carácter interdisciplinar del fenómeno. Numerosos estudios desde diferentes perspectivas completan la visión de la Guerra Civil, investigaciones que basan sus planteamientos en cuestiones sociológicas o de género y que analizadas en su conjunto aportan un prisma de calado para abordar la cuestión.
Hay que entender la Europa de la época como un escenario en el que las diferentes crisis habían aupado la llegada del fascismo sin apenas resistencia en algunos países. Por eso ha destacado el caso español en el que el un golpe de estado perpetrado por Franco y sus generales afines llega a encontrar oposición entre militares y cuerpos de seguridad del estado. Casanova Ruiz ha desmentido en su exposición el mito de “las dos Españas” argumentando el carácter poliédrico de la situación política durante la República.
En un plano didáctico ha criticado la obsolescencia de los manuales de historia como método para interpretar los acontecimientos. También ha querido valorar la necesidad de erudición y conocimiento, tarea imposible sin la disponibilidad y conservación de los archivos. Según Casanova Ruiz la única forma de no permanecer “subordinados al uso político de los datos”.