Las cuatro cualidades de ‘Pedrito’, que cumple 100 años en su pueblo
El pasado domingo día 10 de marzo, el pueblo de Hortezuela de Océn rindió homenaje con varios regalos, una placa conmemorativa y una comida popular a don Pedro Pablo Redondo Gil, que ese día cumplía 100 años.
Pedrito, como se le conoce cariñosamente en el pueblo, nació hace 100 años en Hortezuela de Océn, donde ha residido durante toda su vida. Sus padres fueron Dionisio y Juliana siendo el cuarto de seis hermanos.
Al igual que todos sus contemporáneos, en los primeros años de su vida ayudaba a sus padres en las labores de labranza y pastoreo de un pequeño “hato de ovejas”. “Hombre práctico trabajador”, cuentan sus vecinos que, siendo todavía muy niño, guardando su rebaño, si se encontraba al lado de un “pedazo”, que así se denominan por aquí las pequeñas porciones de tierra, se dedicaba a retirar las piedras grandes y pequeñas para poder labrar mejor la tierra. Todo esto se puede comprobar paseando por los parajes de Valsalobre y la cuerda donde se aprecia junto a sus posesiones, montones de piedras en los cipoteros, que en esta provincia se conocen así, a los ribazos o mojoneras.
A sus 100 años atiende su huerto y su gallinero, siendo la envidia sana de todos sus vecinos. A los siete años comenzó la escolaridad, sus maestros fueron: D. Francisco, y sobre todo D. Leandro que, en su cartilla escolar, al finalizar los estudios primarios con 14 años dejó anotadas las siguientes cualidades:
Primero, Pedro Pablo Redondo Gil, sobresale por su afición a la lectura. Todo esto se puede evidenciar, porque en las tardes soleadas de otoño y primavera, sentado a la puerta de su casa, se le encuentra leyendo El periódico Nueva Alcarria, que lee y relee varias veces, tanto las noticias como los anuncios y las efemérides. Periódico al que está suscrito desde hace muchos años.
En segundo lugar, otra aptitud que destacaba su maestro era la de ser un alumno muy práctico y observador, cualidad que todavía se puede comprobar, porque analizando la posición de la luna, la dirección del viento, el vuelo de los pájaros y el color de las nubes en las puestas de sol, pronostica el tiempo que tendremos al día siguiente, (aunque últimamente afirma: “esto sucedía antes, ahora todo ha cambiado…”) A esto hoy día le llamaríamos Conocimiento del Medio.
En tercer lugar, su maestro destacaba también que era un alumno que sobresalía, en lo que antes llamaban aritmética, hoy matemáticas, virtud que podemos comprobar, ya que con su edad utiliza perfectamente las monedas de euros cuando viene el panadero, el frutero o te reserva una docena de huevos, de su muy cuidado y protegido gallinero.
En cuarto lugar, una nueva cualidad es su excelente memoria. Como indicamos anteriormente lee la prensa, ve la televisión y comenta con sus vecinos las noticias de actualidad con gran rigor y objetividad, al mismo tiempo recuerda fechas, costumbres y acontecimientos del pueblo, y además orienta a los jóvenes, cuando tienen que sembrar los ajos, podar los árboles o sembrar las patatas…
Podemos concluir que Pedro ha sido y continúa siendo un gran hombre, no por su estatura sino por su tranquilidad y su sonrisa cariñosa e infantil. Los mejores perfumes se encuentran en los frascos pequeños y Pedro es un gran perfume que deja huella en su pueblo por ser hombre de “sonrisa picarona e infantil y hombre de paz. ¡Felices 100 años, Pedrito!