Las otras caras de Filomena

03/02/2021 - 20:16 Redacción

Desde cuerpos de seguridad hasta miembros de empresas trabajaron sin descanso y en condiciones muy duras para minimizar los daños del temporal y que la ciudad volviera cuanto antes a la normalidad. 

La nieve que dejó `Filomena´ en Guadalajara fue, en un primer momento y para una gran parte de los vecinos de la ciudad, un sinónimo de alegría y de salir a la calle a disfrutar de un momento histórico. Sin embargo, fueron muchos quienes sufrieron diversas complicaciones a causa de esa misma nieve, que les impidió realizar su vida con normalidad. 

Fue entonces cuando los diferentes cuerpos de seguridad de la ciudad, trabajadores municipales y trabajadores de empresas se pusieron a trabajar sin descanso para intentar que la gente pudiese volver a trabajar, los niños pudiesen ir al colegio, o las personas mayores pudieran volver a pasear lo antes posible, es decir, para que la ciudad volviese a la normalidad. 

De hecho, el Gobierno municipal realizó un acto en el que agradeció el esfuerzo llevado a cabo desde el operativo municipal, que tuvo a cerca de doscientas personas  combatiendo a la nieve y al hielo con temperaturas durísimas de hasta -14ºC. De no ser por su trabajo, las consecuencias de la nieve y el cielo en la ciudad habrían perdurado más en el tiempo y, probablemente, habrían sido más graves. 

El fin de semana de la nevada y la semana posterior, incluso las dos semanas posteriores, fueron de mucho trabajo, más del habitual, para la Policía Local, Protección Civil, empresas como Valoriza o Guadalagua, o para los Bomberos de Guadalajara.

 

“Pasabas con la quitanieve por una calle y veías al poco tiempo que estaba igual”

Rodolfo Martínez Casal es un veterano del servicio de limpieza viaria de Guadalajara, prestado por Valoriza Servicios Medioambientales. Como le ocurre al resto de sus compañeros, no recuerda tener que enfrentarse a una situación como la que provocó el temporal ‘Filomena’ las pasadas semanas. “Aquí nos ha tocado lidiar con nevadas, pero en uno o dos días se había hecho casi toda la limpieza. Esto fue otra historia”.

Tú veías que no dejaba de nevar, que se iba acumulando y acumulando. Pasabas con la quitanieves y quitabas lo que podías, pero volvías a pasar al poco tiempo y estaba casi igual. No dábamos abasto”, recuerda de los primeros días. Después dejó de nevar, bajaron las temperaturas y llegó el hielo, “agravando bastante la situación”. “Retirabas la nieve con las máquinas o a mano y ahí debajo estaba la placa de hielo, que costaba bastante más quitar”.

Todo ello, con la ciudad casi al completo echada a la calle por lo histórico del momento. “La gente quería disfrutar, y es normal, pero eso nos ocasionó algún problema. Por ejemplo, con los vehículos quitanieves tienes que llevar cierta velocidad para poder trabajar como debe ser, y a veces no era posible. O si no el que se plantaba delante para hacer una foto y te paralizaba”. Eso los primeros días, hasta que la nieve dejó de ser un juguete para ser un problema.  “Después, unos entendían que el trabajo debía llevar un orden, pero otros te pedían que primero les limpiaras las calles de acceso a sus portales, cuando lo que realmente tenías que hacer en ese momento era limpiar calles principales, zonas sanitarias, acceso a tiendas de alimentación… Lugares prioritarios”.

Una labor para la que toda la plantilla del servicio tuvo que echar horas y horas de trabajo. “No nos daba tiempo ni a hablar entre nosotros. Venías, te daban las órdenes deprisa y salías a trabajar. Terminabas a las tantas, te ibas a casa y a dormir y poco más. Y al día siguiente rápido otra vez a arrancar, que la nieve seguía ahí”.

Ahora, echando la vista atrás, Rodolfo recuerda muchas muestras de agradecimiento de los vecinos de la ciudad. “Había gente que pasaba por tu lado, te daba los buenos días y te decía que muchas gracias. Como con esto del Covid-19 era a veces complicado tomarse un café, muchas veces te lo ponían incluso de las oficinas o de las casas”. Aunque no todo fue positivo. “También había alguno que te recriminaba que estuvieras descansando en un momento concreto, y llevabas un montón de horas sin parar de trabajar”.

Pero, después de toda esta experiencia, se queda con el trabajo conjunto de todos los que tuvieron algo que ver con las labores de limpieza tras ‘Filomena’. “Los compañeros jardineros, los agricultores, empresas que disponían de maquinaria, los vecinos que se limpiaron sus propias aceras y accesos a garajes… Al final te quedas con eso”.

 

“Este mes hemos hecho unas 370 salidas por las 60 o 70 que solemos hacer habitualmente”

Sin abandonar sus labores diarias de emergencias o de cualquier percance que pudiese surgir, los Bomberos de Guadalajara pusieron su importante granito de arena para combatir contra las consecuencias de la nieve y el hielo que dejó `Filomena´ en la ciudad. Según David Fernández González, sobre todo se dedicaron “a la limpieza de hielo y de nieve, al saneamiento de cubiertas, a rescatar a gente atrapada en la nieve, inundaciones por rotura de tuberías por el frío o percances provocados por la caída de árboles”.
    Las imágenes de los bomberos limpiando la nieve de las cornisas de los edificios han sido de las más impactantes, aunque ellos están “acostumbrados al subsanamiento de  alguna teja o algo que tiene peligro de desprendimiento”, y afirman que lo más duro físicamente y lo que más les ha exigido es la cantidad de horas consecutivas trabajando, llegando a estar hasta 48 horas sin parar. De hecho, en su caso particular, el viernes comenzó a trabajar por falta de personal, ya que muchos compañeros de Madrid no podían llegar, y comenta que “trabajé viernes y sábados enteros y luego martes y miércoles también”. Llama la atención el aumento de salidas que han tenido este mes según David Fernández: “Si normalmente tenemos unas 60 o 70 salidas mensuales, en enero llevamos unas 370 salidas”.
    Guadalajara no es una ciudad en la que la nieve aparezca de manera asidua, pero comenta que cada vez están más acostumbrados a temporales de viento y de lluvia que cada vez son más frecuentes, aunque no a algo tan exagerado como lo que provocó `Filomena´. Añade que tuvieron que hacer traslados de gente que se quedaba tirada, y recuerda como anécdota una llamada avisando de que “un gatito se había caído por un patio interior y no podían llegar hasta las urgencias del veterinario, así que fuimos con un camión a buscar a la dueña y al gatito para llevarles”.

 

“He estado una semana sin salir de nuestra base”

Como siempre que la ciudad lo necesita, Protección Civil Guadalajara ha estado trabajando sin parar durante el temporal `Filomena´. Vicente Plaza Rincón cuenta que su labor principal fue “estar en el puesto de mando con los concejales, el alcalde y otros cuerpos de seguridad, y pasar información que llegaba a la base o la que iban transmitiendo nuestros coches, además de ir resolviendo todo lo que nos íbamos encontrando por el camino”. 

Protección Civil tuvo montado un dispositivo que incluía una ambulancia montada la mayor parte de los días de mañana y de tarde, también un albergue para transeúntes que no podían acceder a Betania e iban allí a dormir. Además han estado en el puesto de coordinación y han tenido varios todoterrenos por las calles para informar de todo lo que iba ocurriendo. Han realizado traslados al Hospital de Guadalajara de personas que necesitaban de asistencia sanitaria o pruebas como diálisis, y también han subido a los mismos sanitarios. 

Vicente Plaza cuenta que lo más complejo ha sido “organizar todo” ya que “al final nosotros somos voluntarios y el organizarnos todos para que en todo momento hubiese alguien disponible para lo que pudiera pasar no ha sido fácil pero creo que lo hemos sacado bastante bien”. Recalca que es la primera vez a la que se enfrenta a algo así, y es que “un nivel rojo en AEMET no se había vivido nunca en Guadalajara, la última nevada grande fue en 2009 y luego todos los años nieva un poco en El Clavín o sitios así, pero no en estas cantidades”. 

Protección Civil comenzó sus trabajos antes de la nevada, el jueves, con el reparto de unos 20.000 kilos de sal con palas que albergaban un kilo de sal. Ya el viernes, antes de la nevada, se reunieron en su base para preparar todo. En su caso concreto, Vicente Plaza cuenta que ha estado una semana entera en la base de Protección Civil sin salir de allí, incluso durmiendo, para poder estar disponibles a cualquier hora ya que “nos dormíamos a la 01.00 y a las 06.00 horas ya estábamos haciendo viajes para subir a gente al Hospital o lo que hiciera falta”.

Sin embargo, pese al año tan duro que llevamos, con el Covid-19 o `Filomena´ entre otras cosas, comenta que “aunque han sido diferentes, a los que no estábamos acostumbrados, hemos realizado más o menos los mismos servicios y horas que otros años, rozando las 25.000 o 27.000 horas anuales porque siempre estamos al pie del cañón y cada vez que nos requieren, allí estamos”.

 

“Ha sido algo histórico por la cantidad de solicitudes de ayuda de los ciudadanos”

“Fue el fin de semana que más llamadas se han recibido en la historia de la Policía Local de Guadalajara”, esta afirmación de Santi, que lleva 32 años en la Policía Local de la ciudad, sirve para darse cuenta de los problemas que ocasionó `Filomena´ a todos o casi todos los vecinos. 

Cuenta que su labor fue “reforzar el turno ordinario por el gran impacto que tuvo el temporal” y añade que  también estuvo “atendiendo a las llamadas que los ciudadanos hacían al 092”. Afirma sin dudar que ha sido algo “histórico por la cantidad de solicitudes de ayuda de los ciudadanos y seguro que ha sobrepasado cualquier número del pasado”. 

La Policía Local tuvo como objetivo fundamental “minimizar todo lo que se pudiera el impacto de `Filomena´ con respecto a la movilidad en la ciudad”, para lo cual “cortamos todas las calles que tuvieran pendientes sensibles para que los vehículos no se quedasen atrapados”, aquí señala que “algún que otro ciudadano hizo caso omiso a las vallas y se introdujo a las calles quedándose atascado o provocando deslizamientos y colisiones con daños materiales, pero sin daños personales”. 

Santi ya estaba en el cuerpo en la nevada del año 2009, la última gran nevada, y asegura que “no tuvo nada que ver, esta ha sido una nevada que ha sobrepasado las expectativas”, y señala como uno de los grandes peligros una vez pasado el temporal, la nieve acumulada en las cornisas de las casas. 

La Policía Local ha estado trabajando contra el temporal hasta que se eliminó la totalidad de la nieve de la ciudad, triplicando los horarios de trabajo y haciendo gran cantidad de trabajos como colaborar con los bomberos en la eliminación de la nieve de las cornisas, el traslado de sanitarios a su centro de trabajo porque no podían llegar, o como curiosidad también “ayudamos a gente que venía desde Madrid en el tren que salió de Madrid a las 22.00 horas y llegó a Guadalajara a las 04.00 horas y como no tenían como desplazarse a su domicilio, les esperaron varios coches patrulla para desplazarlos hasta donde necesitasen”. 

 

“Por el momento hemos tenido que cambiar ya más de 400 contadores”

No tardaron en ver desde Guadalagua que ‘Filomena’ les iba a dar trabajo después de la histórica nevada, cuando llegaran las temperaturas bajo cero. Pero no se imaginaban que tanto. “Al principio, el Ayuntamiento nos fue avisando a todos los servicios de lo que avecinaba para que estuviésemos preparados, con más personal incluso del necesario por si había que echar una mano en otras labores. Pero era imposible estar preparado para lo que vino después”, recuerda Iván Martín Santiago.

El principio del temporal no supuso mayor problema que algún operario que no podía llegar a su puesto de trabajo o la limpieza de accesos a la depuradora. Eso, y alguna tapa que se rompía por la labor de las máquinas quitanieves. Pero llegó el lunes, y con él las heladas. “Para que te hagas una idea, en la media de los últimos cinco años, en el mes de enero entraban unos 80 avisos de incidencias juntando abastecimiento y saneamiento. En lo que llevamos de este hemos tenido más de 800 avisos, con picos de hasta 130 avisos en un día”.

De esos avisos, muchos eran por falta de agua. “Esta falta de agua era por la congelación de las instalaciones del abonado, por lo que Guadalagua ahí no podía hacer nada ya que no es de su competencia. Además, había zonas más conflictivas en estas cuestiones debido a las umbrías, por lo que se instalaron 13 bocas de riego para que por lo menos tuvieran puntos de acceso a agua. Piensa que hubo gente hasta 10 días sin agua, hasta que se le descongelaron las cañerías”.

Pero la gran ‘estrella’ de los avisos fue sin duda el cambio de contadores, que no podían más ante las insistentes temperaturas bajo cero. “De momento llevamos más de 400 contadores cambiados. Y digo de momento porque todavía hoy nos siguen entrando solicitudes de cambio”.

Para hacerse una idea de la magnitud de estas cifras, un año duro de heladas los picos más altos de cambio de contadores eran de alrededor de 15, más algún grifo de alguna fuente pública. “Es que fueron casi 10 días seguidos con temperaturas bajo cero”.

Esto supuso tener que multiplicar los equipos y doblar turnos para poder llegar cuanto antes a todos los vecinos que lo necesitaban. “Toda la plantilla se ha volcado y hay que estar muy agradecidos por ello. Hay gente que, doblando turno, ha estado varios días trabajando hasta 15 horas por jornada”.

Además, a todo ese trabajo se sumó la limpieza de los principales imbornales para que la nieve no los taponara, ante las lluvias de la pasada semana que se anunciaban más intensas de lo que finalmente fueron.

Una vez pasado todo, la sensación que le queda a Iván es de “descanso”. “Nos hemos dado mucha paliza, pero creo que hemos hecho un buen trabajo. Igualmente, agradecemos la paciencia de la gente cuando no hemos podido acudir en su ayuda al momento”.