Llaman a la puerta: ¿Y si Dios fuera un sádico?

09/02/2023 - 15:01 J. Pastrana

Una familia está pasando el fin de semana en una casa de campo, dos padres y su hija adoptada. De repente llegan cuatro extraños pertrechados con armas aún más extrañas. Tras acorralar a la familia, les plantean una pregunta: ¿estarían dispuestos a sacrificar a uno de ellos para salvar a la humanidad?

Creo que puedo asegurar que M. Night Shyamalan me parece un director brillante. Tiene un estilo propio, tanto que puede parecer que repite recursos, pero creo sinceramente que en su caso se trata de una forma propia de contar las cosas. Su uso del encuadre, del fuera de campo y del ritmo de la narración son razón más que suficiente para que esta película, fallida en el guión, funcione a la hora de verla en la gran pantalla. 

Llaman a la puerta no acaba de tener claro qué tipo de película quiere ser... bueno, o quizás sí y ese sea precisamente el problema. Shyamalan juega durante muy poco tiempo a saber si los cuatro asaltantes de la casa están locos o son unos visionarios (literalmente), si la humanidad está en manos de un Dios sádico o no, y con eso pierde la oportunidad de ir cambiando el foco de atención, de mantener tenso al espectador.

El impactante arranque, con un gran Dave Bautista manteniendo una tensa conversación con Kristen Cui, pone las expectativas muy altas, pero la trama va perdiendo fuerza conforme avanza el metraje por culpa de una historia que se vuelve demasiado predecible, y manda narices que digamos eso de una película de Shayamalan.

Aún así, hay que reconocer que ésta no deja de ser una crítica injusta. Llaman a la Puerta, aunque solo sea por la realización de Shyamalan, es notablemente superior a la mayoría de los thrillers que nos llegan semanalmente. Lo que ocurre es que de este director siempre se espera más, cuando no lo mejor. Y en ese sentido, el resultado de su última producción no se acerca ni de lejos a sus mejores obras, como Señales o El Protegido. Es la maldición de la grandeza.