Los castellano-manchegos ya pueden retirar recetas electrónicas en Canarias, Extremadura y Navarra
Los ciudadanos de Castilla-La Mancha con tarjeta sanitaria del Sescam pueden retirar desde este verano la medicación prescrita en receta electrónica en las oficinas de farmacia de Canarias, Extremadura y, recientemente, en Navarra, cuarta comunidad autónoma en sumarse al proyecto de receta electrónica interoperable. Esto extiende la posibilidad a nuestros ciudadanos de retirar su plan de tratamiento en 1.997 oficinas de farmacia que pueden dispensar recetas interoperables, además de las 1.271 farmacias de Castilla-La Mancha.
La principal ventaja de este programa es que los pacientes pueden moverse por todo el territorio nacional y obtener sus medicamentos prescritos en cualquier farmacia del país, independientemente de en cuál de ellas hayan sido recetadas.
El Sescam superó en junio exitosamente las pruebas de Certificación del Ministerio de Sanidad que lo acredita para comenzar con la interoperabilidad en receta electrónica con otras comunidades autónomas y, actualmente, se están certificando las aplicaciones de oficinas de farmacia de nuestra región para que puedan dispensar medicamentos a pacientes de otras autonomías. Esta nueva funcionalidad se une al sistema implantado de e-receta, que permite al facultativo emitir y transmitir recetas por medios electrónicos y al paciente obtener los medicamentos en cualquier farmacia de su ámbito territorial sin necesidad de llevar el documento en papel que contiene y justifica la dispensación.
En la actualidad, la receta electrónica está implantada en todo el ámbito de Castilla-La Mancha, realizándose más de 3 millones de recetas al mes, lo que supone el 89% por ciento del total de las prescripciones que se realizan en la región.
Desde el Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara aseguran que la receta electrónica ha sido “una buena medida y su implantación ha sido un acierto”. “Está contribuyendo a mejorar la prescripción farmacéutica, y algo muy importante, la disminución de las consultas presenciales”. Además, está contribuyendo a bajar el gasto sanitario “dando una buena calidad de tratamiento y a que la relación con el farmacéutico sea más fluida”.