Los más de 3.000 km que recorrerá un panadero de Albalate para traer a seis ucranianos a España
Iván Magallares quería ayudar como fuera y decidió buscar alguna ONG que le gestionase un viaje en su furgoneta de siete plazas.
La historia de Iván Magallares es la de muchos guadalajareños, españoles o europeos espantados por las trágicas consecuencias de la guerra en Ucrania. Pero este vecino de Albalate de Zorita ha ido un paso más. Más allá de la parálisis, la rabia o las donaciones para enviar a la frontera con Polonia, Iván Magallares llevaba días dando vueltas a una idea: quería ayudar, contribuir aunque fuera una gota más en un océano de solidaridad para, en definitiva, salvar vidas. Su principal baza, la furgoneta de siete plazas que tiene y que quiere poner a disposición de ucranianos que necesiten trasladarse a nuestro país. “Me gusta conducir, no tengo ningún problema en hacerlo durante horas. Y ahora, en el trabajo estamos más tranquilos, por lo que tengo disposición para ir hasta Ucrania”, señala este vecino, que regenta junto con su familia la panadería Magallares de Albalate. Sin embargo, tras tomar la decisión se dio de bruces con la centralización de las ayudas a través de las distintas ONG. “Estuve indagando varios días y contacté con varias organizaciones, pero lo único que me decían es que mejor donase el dinero para que ellas se hicieran cargo del traslado de ucranianos”. Pero Iván Magallares no se rindió y siguió navegando por internet hasta que dio con varias personas de Ciudad Real que, con el amparo de una ONG local, iban a poner en marcha un convoy hacia Polonia para llevar material y, a la vuelta, traer ucranianos. “Buscaban más gente y yo me he unido a ellos”. Y ya lo tienen todo preparado para salir este miércoles hacia un país devastado por los bombardeos.
Para aprovechar su viaje de ida, este panadero se puso en contacto con el Ayuntamiento de Albalate y en apenas unos días han conseguido reunir víveres y medicamentos, a lo que hay que sumar las donaciones a través de Bizum para sufragar parte del viaje. “Yo tengo algo de dinero ahorrado y puedo costear la gasolina y los peajes, que estimo en unos 1.000 euros ida y vuelta, pero luego hay que comer y dar de comer a los ucranianos que vengan conmigo hacia España”.
Serán más de 3.200 kilómetros durante dos días, desde Albalate hasta la ciudad ucraniana de Lviv, Leópolis en español, que es en principio hasta donde conducirá este convoy. “El plan es descargar allí todo el material y preparar los papeles de las personas que sacaremos del país”.
En principio, Magallares partirá solo. “Me gustaría que viniera un gran amigo mío, pero eso significa una plaza menos para ucranianos”. Porque ahora, lo único que le preocupa a este albalateño es facilitar la huida de las víctimas de la guerra.