Luis Viejo, un buen alcalde

28/06/2025 - 12:00 Pedro Villaverde Embid

En estos días de julio Brihuega se verá desbordada de turismo para disfrutar de la lavanda en su máximo esplendor. Pero la labor de Luis Viejo no queda aquí, es una dedicación exitosa al pueblo los 365 días del año.

La presunta corrupción de los amigos del Peugeot del presidente Sánchez  y las investigaciones sobre su entorno familiar, junto a otros tantos casos durante décadas, desprestigian la política, generando rechazo entre los ciudadanos y una injusta generalización hacia toda la clase política que parece accede a los cargos para resolver su vida en lugar de la de los gobernados y eso, salvo excepciones, no es así y menos en los miles de alcaldes y concejales que trabajan por mejorar sus pueblos. Hay que reivindicar esa política de servicio público que protagoniza nuestro día a día.

Y entre estos ediles queremos destacar hoy al que hace cabeza desde hace tres mandatos y medio en Brihuega, localidad que dentro de unos días se verá literalmente desbordada de gente por todos los rincones y alrededores para contemplar los bellos paisajes de la lavanda que atraen a gente de toda España con una buena programación como complemento. Pero el trabajo de Luis Viejo es tarea de todo el año. Es una constante recuperación del patrimonio del pueblo para habilitar nuevos espacios que visitar y en los que organizar actos, como este año ha lucido la iglesia de San Miguel con Fadeta, la antigua fábrica de Paños con el premio Manu Leguineche o pronto lo hará la propia casa del periodista recién comprada por el Ayuntamiento, en cuyo entorno habrá hasta cuatro museos, así como la plaza de toros que con motivo de su sesenta aniversario experimentará una buena reforma. Día del Turista, encierro del 16 de agosto, Corrida de Primavera, la procesión de la Virgen de la Peña, Feria Chica, infraestructuras para prestar servicios  a la comarca, incluso vivienda nueva para crecer en población- en contra de lo habitual en el medio rural-. El alcalde y su equipo no se cansa de impulsar iniciativas, de ofrecer más y más para que la gente vaya a la localidad, tenga patrimonio que visitar y ocio para entretenerse. Eso prestigia la política.