Manifiesto contra la vergüenza


Más de sesenta millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares en países como Afganistán, Eritrea, Irak, Palestina, República Centroafricana, Sahara o Siria para huir de la guerra.

Más de 60 millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares en países como Afganistán, Eritrea, Irak, Nigeria, Palestina, República Centroafricana, Sahara, Siria  o Somalia para huir de la guerra, la ocupación del territorio, del hambre o de la violencia sexual. Escapan de conflictos provocados por intereses geoestratégicos y económicos que promueven el expolio de riquezas y la venta de armas.

 

El Mar Mediterráneo y las fronteras europeas siguen siendo las fosas comunes en las que miles de personas pierden sus vidas: más de 4.000 en 2015. Seguimos viviendo con increíble desconcierto la pérdida de más de 10.000 niños y niñas en manos de las redes de trata y los abusos sexuales de cientos de mujeres refugiadas y niñas.


Mientras tanto, los gobiernos europeos actúan de una manera inmoral que nos recuerda a tiempos pasados.  El pasado mes de septiembre la Unión Europea se comprometió a acoger a más de 120.000 personas refugiadas, 17.000 en el Estado español. En cambio, en el Estado español sólo se acogieron 18 personas.


Todo esto contrasta con la voluntad de la ciudadanía europea. Las movilizaciones ciudadanas a favor de los derechos de la población refugiada y desplazada, así como los datos de los últimos Eurobarómteros, son buena muestra de que de nuevo la ciudadanía está muy por encima de quien la gobierna.


Lo último y más infame llega ahora con el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, el ya conocido cómo acuerdo de la vergüenza. El acuerdo entre la UE y Turquía aprueba la expulsión colectiva a Turquía de las personas que llegan a Grecia, sin importar su edad, su nacionalidad, sus circunstancias personales o el motivo que les ha obligado huir de su país. El acuerdo es inmoral e ilegal, su aplicación práctica vulnera la normativa europea e internacional, y supone un riesgo para la vida de muchas personas refugiadas.

 

 

POR  TODO ESTO, LAS ORGANIZACIONES ADHERIDAS A LA PLATAFORMA CASTELLANO-MANCHEGA DE APOYO A LAS PERSONAS REFUGIADAS, EXIGIMOS:


1. La retirada del acuerdo de la UE-Turquía.

 

2.- Rutas legales y seguras sin condiciones. Es necesaria una alternativa humana, legal y responsable, basada en el reasentamiento incondicional de personas refugiadas con un número de plazas suficientes y en una voluntad política de los países de la UE para que el sistema de reubicación respete los derechos humanos.


3. El cumplimiento de los convenios internacionales y las directivas y legislaciones europeas en materia de asilo y refugio.  Garantizar una acogida digna y adecuada protección y cumplir los compromisos internacionales.


4. El respeto de los derechos humanos en las fronteras y garantía en la protección de las personas, en especial a las menores y las más vulnerables. Una de cada tres personas que intentan llegar a Europa son menores, la mayoría de las cuales se encuentran sin escolarizar. También las mujeres sufren de manera especial esta crisis al estar expuestas al acoso, a la explotación y a la violencia sexual durante la viaje y, también, al llegar a Europa. La Convención de los Derechos de la Infancia es muy clara en relación con la protección especial que deben tener las menores refugiadas o que soliciten asilo.

5.- Que se revise en profundidad a política migratoria y exterior europea, poniendo en el centro las personas y sus derechos.  Garantizar el respeto de los derechos humanos en la frontera sur.

6.- Garantizar la protección de las organizaciones y personas que apoyan a la población refugiada. Destinar recursos específicos para ayuda humanitaria a las personas refugiadas. Recuperar los fondos de cooperación al desarrollo y los programas de atención a la población de origen extranjero previos a los recortes, lo cual contribuirá a mejorar la situación en los países de origen y a construir una sociedad justa y cohesionada.

 

7.- Combatir activamente los discursos y narrativas xenófobas. Interlocución entre las diferentes administraciones y las organizaciones sociales para la puesta en marcha de campañas conjuntas de sensibilización dirigidas a combatir los discursos racistas y xenófobos.

 

8.- Que se actúe sobre los problemas de origen: adoptando medidas para luchar contra la desigualdad, reducir la pobreza y prevenir los conflictos armados en las zonas de origen; cumpliendo rigurosamente con el Tratado de Comercio de Armas; y garantizando que las políticas comerciales, económicas y diplomáticas respetan los derechos humanos y que las empresas transnacionales no esquilman los recursos de los países de origen y cumplan las leyes de transparencia y fiscalidad.