Manolete tendrá un museo dedicado al lugar alcarreño donde aprendió a nadar

20/03/2023 - 18:28 M.A.M.

El Ayuntamiento de Fuentelencina ha comprado la casa en la que estuvo residiendo el torero Manolete, con su novia, cuñada y cuñado, Juan Padilla. El inmueble se sitúa en el corazón del pueblo y tendrá un uso cultural relacionado con el mundo del toreo. FOTOS: JOSÉ LARA (BLOG DE LA LAGUNILLA).
 

“La novia de Manolete era cuñada de Juan Padilla, que era de Fuentelencina, y tenía una vivienda allí, donde veraneaba a finales de los 40”, señala el alcalde, Santos López Tabernero. “En 2019 hicimos una placa-homenaje en su recuerdo”, prosigue. 


El Consistorio ha adquirido esta vivienda, con un gran corralón, la está rehabilitando y la ha cedido al Centro Internacional de Tauromaquia y Alto Rendimiento (Citar) de Fuentelencina, cuyo director es Pedro Alonso. “La estamos reformando como residencia de los alumnos del centro”, informa Santos López. 
    En el patio trasero se está acometiendo un proyecto para habilitar un museo de la tauromaquia dedicado a Manolete e Iván Fandiño, quién también vivió junto a su familia en Fuentelencina. En la iniciativa ya están trabajando una mesa de arquitectos con el objeto de  fijar las líneas del anteproyecto que será presentado al Ayuntamiento. 

Actividades
Será un museo que servirá igualmente como sala de exposiciones temporales y tendrá un patio central en el que se podrán llevar a cabo charlas, conferencias y visualización de películas. Además habrá una biblioteca, dedicada exclusivamente al asunto taurino. 


    El primer edil tiene en mente continuar allí con la iniciativa de llevar charlas taurinas y eventos, “siguiendo la referencia de zonas expositivas, como el Museo Taurino Taberna El Lagartijo de Linares,  dedicado a Manolete, con la finalidad de que haya gente de Guadalajara implicada en el mundo del toro para poder buscar objetos para completar la colección”.


    En el desarrollo futuro de la iniciativa están implicados, además del Ayuntamiento, el Citar, los miembros del colectivo Cocido Taurino de Guadalajara y la Fundación Siglo Futuro, entre otras entidades. “Estamos abiertos a que quien tenga pueda enriquecer la colección aportando piezas o documentos para el museo”, incide Santos López. De la misma manera pretende que se implique la viuda de Iván Fandiño y su familia. 


    Los vecinos recuerdan que el torero se dedicó a aprender a cazar perdices con el farmacéutico y a bañarse en la charca de Valdefuentes. Hay incluso fotografías que recogen esas vacaciones alcarreñas de la pareja. De Manolete, se dice, incluso aprendió a nadar en el municipio. “En Fuentelencina lo querían muchísimo todos por su sencillez. Jamás dejó de saludar, como es costumbre en los pueblos, a los vecinos que encontraba sentados a sus puertas al pasar. Como era muy religioso, siempre se disputaba con los demás el llevar las andas del Cristo en las procesiones que se celebraban”, relata Antonio Ruiz Aguilera en la web plazadelalagunilla.blogspot.com. 

“Cuando se enteraron allá de su muerte, le hicieron un funeral, al que acudieron en masa todos los vecinos del pueblo, abandonando, por asistir a él, las faenas del campo. Y esto, en honor al hombre bueno y generoso que fue, ya que como torero apenas si lo habrían visto actuar tres o cuatro vecinos de todos los que tiene Fuentelaencina”, prosigue Ruiz Aguilera.


    El fotógrafo bilbaíno José María Lara Ortiz de Pinedo (1913-1999) dejó un legado que retrata medio siglo de la historia de nuestro país, sus gentes y visitantes, dando a conocer la historia social y cultural de España. Su trabajo, que recoge numerosas instantáneas de Manolete durante su estancia en Fuentelencina, mereció numerosos premios. Su libro más relevante fue Manolete, yo me mando, que contó con el prólogo de Orson Welles. 

Iván Fandiño
En julio de 2017, los vecinos del municipio de Fuentelencina vivían con “desolación y pena” la muerte del matador de toros Iván Fandiño, dado que el diestro tenía fijada la residencia con su mujer y su hija en una finca de esta localidad desde hace varios años. Su muerte dejaba huella en el municipio, señalaba consternado el alcalde, Santos López Tabernero, primer edil de una localidad en la que también contaba con su propio tentadero y de la que llegó a ser pregonero en las fiestas.


    “A veces le veíamos correr por la vía pecuaria porque hacía su gimnasia por aquí y también tenía relación con algunos de nuestros vecinos”, recuerda Tabernero, que rememora que “para nosotros fue un palo, lo sentimos mucho, porque además era muy joven”. Aunque la finca está a varios kilómetros de Fuentelencina, él bajaba de vez en cuando al pueblo.
    Fandiño ya venía a Fuentelencina cuando era un simple ‘maletilla’, y “para nosotros era un orgullo tenerle como vecino sabiendo, además, que había llegado a tener un gran reconocimiento como torero”, comenta.