Marchamalo, referente en la investigación cerealista en Castilla-la Mancha con 86 variedades testadas en 2024

29/05/2025 - 19:17 P.C.V

Guadalajara se posiciona a la vanguardia de la investigación agraria con el Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo (CIAPA) de Marchamalo como epicentro. Los ensayos de nuevas variedades de cultivos extensivos en esta y otras localidades como Espinosa de Henares y Horche buscan ofrecer herramientas decisivas para los agricultores de la provincia, impulsando la rentabilidad y sostenibilidad del sector.

FOTOS: APAG

La Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG) ha mostrado su implicación en la Jornada Puertas Abiertas, celebradas en el Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo (CIAPA) de Marchamalo, en la que se han presentado los ensayos de la red Genvce (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España). En estos se evalúa objetiva e imparcialmente el comportamiento de las variedades en diferentes zonas agroclimáticas, con un protocolo común de trabajo y se estudia estadísticamente los resultados. APAG colabora estrechamente con el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (IRIAF), del que depende el CIAPA, para asegurar que los descubrimientos y datos lleguen eficazmente a los profesionales del campo en los pueblos de Guadalajara. Los resultados detallados de estos esfuerzos se recogen en la Hoja Informativa N.º 88 del IRIAF, correspondiente a septiembre de 2024.


Castilla-La Mancha ha destacado como la comunidad con mayor número de ensayos en la campaña 2023-2024, y Guadalajara ha jugado un papel crucial en este esfuerzo. Las localidades de Marchamalo, Espinosa de Henares y Horche han sido sedes experimentales, acogiendo pruebas de trigo blando, trigo duro, cebada, triticale, avena, centeno y colza. Aunque algunos ensayos específicos en Espinosa y Horche fueron anulados por no alcanzar los rigurosos criterios estadísticos de fiabilidad, como los de cebada y centeno en Espinosa o el de triticale en Horche, el trabajo global subraya el compromiso local con la innovación.

El método, como explicó Carlos García-Villarrubia Bernabé, responsable de Experimentación Agraria del CIAPA, se basa en microparcelas sometidas a idénticas condiciones para asegurar que "cualquier diferencia entre variedades sea atribuible realmente a sus características y no a otros factores externos”. Como novedad, este año cada una de las 86 variedades testadas en Marchamalo contaba con fichas técnicas accesibles mediante códigos QR, ofreciendo información agronómica detallada, desde la fecha de espigado hasta la incidencia de enfermedades como la septoria o la roya amarilla. Además, una hoja resumen denominada “CLAVES” indicaba de forma visual el rendimiento y calidad de cada variedad.

Estos avances proporcionan una "herramienta para el agricultor"  de incalculable valor. García-Villarrubia destacó el impacto potencial: “Un 10 % de incremento de rendimiento para una explotación mediana de 500.000 kg son 10.000 euros, y no tienen que hacer ningún cambio en su explotación, solo elegir una variedad nueva”. En un contexto de cambio climático, el acceso a información sobre variedades resistentes a la sequía y al encharcamiento, adaptadas a comarcas como la Campiña o la Alcarria, es fundamental.