Mi Palazuelos

15/09/2017 - 18:06 Luis Monje

Sobre Palazuelos y mis recuerdos de nonagenario tengo escritos vario romances.

Escribir sobre Palazuelos desde la distancia, no desde el pueblo, es como hacerlo sobre mis padres y abuelos. Es como mirar hacia mis adentros desde la perspectiva de los muchos años transcurridos desde que viví allí de niño los años de la guerra, y ,  acumulé vivencias y sensaciones que luego he ido desgranando en una docena de libros, infinidad de artículos y numerosas poesías. Como pretendo que sea amable este escrito no voy a incidir en las recientes circunstancias que han rodeado y alterado la fisonomía de cuando jugaba y descansaba durante la guerra a la sombra de las murallas y del castillo. En todo caso, lo voy a hacer en versos de arte mayor: tienes balcones, ventanas/ cuando antes eras hermético, hoy tu torre de homenaje/ tiene un chalé por sombrero./Hoy el guitón Don Honofre/ y picaros compañeros/ no verían “bravas torres”/ donde había humilde pueblo/y quizá se indignarían/a l ver lo que contigo han hecho./quizá sea mejor así/que no arruinado en el suelo. Así que dejad que pueda/explayar mis sentimientos/que son los de un anciano/que fue niño en Palazuelos/ y que entonces no apreciaba/la historia de que era centro. Y veo que mis años niños/entre aquellos muros gruesos/fueron como fugaz visita/ que a nadie dejó recuerdo/ si no es en mi memoria de nostalgias y recuentos/ ¡Oh, mi entrañable castillo/ familiar de Palazuelos/ ahí llevas cinco siglos/ en el Norte de mi pueblo! ¡Oh, caros recuerdos míos/cuando casi soy ancestro/ como muchas generaciones/ antes que yo lo fueron! No valoraba entonces como niño el respeto y consideración que esos históricos muros merecían, y nos subíamos los chicos a sus barbas, digo a sus piedras, insconscientes de que, igual que nosotros, habían jugado y disfrutado de su sombra y su alcurnia mis abuelos y tatarabuelos. Y hasta es posible, pienso ahora, que en esas centenarias piedras esté la marca, a manera de firma, con que mis ancestros del siglo XV, quizá sus canteros, dejaron su huella cuando participaron en la construcción del recinto amurallado. Por eso el citado poema termina :el día que vuelva al pueblo quizá lo haga de rodillas/ recordando a mis ancestros. Sobre Palazuelos y mis recuerdos de nonagenario tengo escritos vario romances más, uno de ellos describiendo mis sensaciones de niño cuando íbamos al pueblo desde Madrid en viaje de ocho horas porque elegía el tren mixto, de viajeros y mercancías, que paraba en todas las estaciones y apeaderos y el viaje duraba más, que es lo que yo quería.