Mucho Ademar para un Guadalajara que sigue sin arrancar a domicilio
No pudo el Quabit Guadalajara romper su mala dinámica a domicilio ante un Ademar León que lo superó en intensidad y acierto en la definición este miércoles (30-21). El cuadro por Manolo Cadenas demostró tener un punto más de calidad y fondo de armario, lo que le permitirá aspirar a metas mayores esta temporada.
Dejaba claro el inicio de partido la igualdad entre dos entidades que se tienen mutuo respeto sea cual sea su situación actual. No en vano años atrás este era un choque marcado en rojo por los aficionados del balonmano nacional. Máxima igualdad no era una expresión gratuita puesto que en los primeros compases se contaban los ataques por goles. Por un lado, Cadenas dibujaba un siete leonés lleno de jugadores muy dinámicos, capaces de llegar al galope sobre la portería de Hombrados. Por su parte, Ortega dispuso una alineación con mejor manejo en estático liderada por un Chema Márquez siempre dispuesto a soltar el brazo. En defensa ambos planteaban un 6-0 que chirriaba con los emparejamientos.
Fue pasado el ecuador de la primera parte (8-8) cuando el técnico de Valdevimbre sacó su primer as en la manga con la entrada de Dino Slavic ante la transparencia de Patotski. El cambio posibilitó la primera diferencia de dos goles en el luminoso. La segunda carta de Cadenas fue dar cancha al argentino Martínez Camí con un solo entrenamiento completado. Pasado de revoluciones, combinando aciertos y errores, el central junior desordenó la defensa del bando alcarreño para situar otros dos goles de ventaja local. Tardó en llegar la réplica por parte de Mariano Ortega, consciente de que el parcial coincidía con los minutos de banquillo asignados a Márquez. La reacción apareció en defensa con la entrada de Barkhordari. Fue el guardameta iraní quien posibilitó dar seguridad a sus compañeros y trabajar sobre la defensa marista. Era cuestión de tiempo que Guadalajara se metiese de nuevo en el encuentro una vez que cerró su marcador con Márquez y Pereira afinando puntería.
Sin embargo, la emoción duró menos de lo esperado. Supo leer el banquillo marista las evidentes debilidades defensivas del Quabit Guadalajara. Una y otra vez entraban por el centro como quien deja la puerta abierta. Merchán golpeaba desde el pivote ejecutaba o generaba espacios para que Feuchtmann entrase desde segunda línea. Por ahí se desangraba el equipo morado que veía como se marchaba a seis goles la distancia (21-15). Ese colchón lo supo administrar el Abanca Ademar con comodidad hasta el pitido final.
Pudo aún reducir diferencias el siete de Ortega con dos goles consecutivos de Márquez y Pereira. Sin embargo, fue un espejismo ante la avalancha marista que a esas alturas ya había puesto velocidad de crucero para dejar el partido visto para sentencia. Fue cerca de un cuarto de hora sin el menor aliciente más allá de repartir minutos y un vistoso intercambio de golpes en ambas áreas. Lució, eso sí, la figura de Dariel García más allá de los números con su intensidad y su imponente figura cuando los suyos recuperaban la pelota para contragolpear. Falta ajustar el lanzamiento a un extremo cubano que debe ser determinante esta temporada.
En todo caso, escasos recursos para enfrentarse a un Ademar que parece haberse recuperado de su tropiezo inicial y se encamina, un año más, a pelear por ser el primero de los mortales en la Asobal.