Nuestra gastronomía tradicional

29/05/2021 - 13:24 José Serrano Belinchón

En su libro Gastronomía de Guadalajara, recoge Antonio Aragonés Subero algunos centenares de platos y demás variedades gastronómicas, que por tradición se vienen preparando en el medio rural.

No te sorprendas, amigo lector, si alguna vez oyes decir que al margen de nuestra historia provincial, de nuestra literatura y de nuestro paisaje, esta tierra ofrece a los que vienen de fuera un rico atractivo, digno de tenerse en cuenta: a nuestra gastronomía me refiero, una oferta feliz de la que no solemos vanagloriarnos, pero que ahí está para servir de modelo a quienes quieran servirse de ella.

En su libro Gastronomía de Guadalajara, recoge Antonio Aragonés Subero algunos centenares de platos y demás variedades gastronómicas, que por tradición se vienen preparando en el medio rural, y que tal vez con nombre distinto puedan considerarse comunes a todas las tierras de Castilla en las que el campo, por desgracia o por fortuna, obligó a las personas a alimentarse de un modo similar y a endulzar sus horas festivas con similar repostería. En todo caso, bueno será remitir al lector o al investigador a la obra antes dicha, seguro que encontrará en ella posibilidades mil de llevar al plato los productos más exquisitos que se dan en el campo de Guadalajara.

  El hecho de ser la Alcarria la tierra de la famosa miel, justifica que algunos de sus derivados formen parte del típico e inmejorable menú que se sirve en la provincia. Es el caso de los famosos “bizcochos borrachos” que se hacen tanto en la capital como en Tendilla; de los “bizcochos crespines” que se cuecen en Budia; de las hojuelas y el aguamiel extendidos por toda la Alcarria. Siguiendo con la repostería, las “tortas de alma” que hacen en Campillo de dueñas, las “tortas drmidas” de Loranca de Tajuña, no tienen la justa fama que debieran tener por su calidad y buen gusto, como así ocurre con los “mantecados” de Mazuecos y con las “patas de vaca” típicas de Molina de Aragón.

  Las carnes ocupan sus cotas más altas en los asados que, con sus siete brebajes, preparan en Arbancón, en Cogolludo y en Jadraque. Son famosos los “conejos al ajillo” de Galápagos, las cecinas, chorizos y jamones de la sierra de Atienza, y por cuanto a derivados de la vid, gozan de merecido prestigio los aguardientes y el churú de Morillejo, así como los vinos que pisan y fermentan en las cuevas de toda la Alcarria. En Budia son famosos el “arrope de calabaza” y las frutas al mosto”. Buen provecho.