Nueva realidad en la Diócesis

10/10/2016 - 12:08 Redacción

n una reciente entrevista que el obispo diocesano, Atilano Rodríguez, concedía a Nueva Alcarria, el prelado no esquivaba los problemas derivados de la disminución del número de sacerdotes en los últimos tiempos.

En una reciente entrevista que el obispo diocesano, Atilano Rodríguez, concedía a Nueva Alcarria, el prelado no esquivaba los problemas derivados de la disminución del número de sacerdotes en los últimos tiempos que hace cada vez más difícil el mantenimiento de los servicios religiosos en una provincia con numerosos núcleos de población de arraigada tradición cristiana. Nos decía aquel día que los feligreses tendrían que acostumbrarse a ir al pueblo de al lado para participar en la eucaristía, al igual que se acercan para comprar carne y fruta, o interiorizar que lo importante es asistir a misa y no tanto si es un domingo como si es un martes. Es decir, y ahora la reflexión está puesta sobre la mesa, que los hábitos tienen que cambiar por las circunstancias que no hacen posible, por ejemplo, que un sacerdote oficie una misa para cuatro personas en una pedanía y salga corriendo a decir otra a unos kilómetros para seis y en sitios cercanos, mientras tanto, se queden sin recibir este precepto. La Diócesis, analizando las distintas zonas, los medios, sus características y las distintas posibilidades, estudia las alternativas para que los cristianos puedan vivir tranquilos su fe y sus costumbres sin que su lugar de residencia sea un impedimento. El número de sacerdotes ha bajado entre cincuenta y sesenta en los últimos veinte años mientras el de personas que precisan de su asistencia se ha reducido en una gran parte de la provincia pero, por el contrario, ha aumentado en otras localizaciones donde estos curas se hacen más necesarios. Por lo tanto, como ya ha pasado con los centros de salud y los cuarteles de la Guardia Civil, son tiempos de cambios, los primeros en la propia mentalidad tanto de la Iglesia, que hará las modificaciones para el curso 2017-18, como, de los receptores de estos servicios, en su mayor parte gente de avanzada edad, a los que sin duda costará asimilar que su querida iglesia esté cerrada y alguien les acerque en coche a otro pueblo, resignarse a escuchar, con igual valor, esa misa por la televisión o hacerlo el lunes. Lo importante es adaptarse.