Objetivo: prevenir los accidentes por el vuelco del tractor
Medio centenar de personas fallecieron por esta causa en Castilla-La Mancha en la última década.
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El sector agrario concentra el 10 por ciento de los accidentes de trabajo que se han dado en Castilla-La Mancha en la última década. Además de patologías no traumáticas, como infartos, y accidentes en circulación durante los desplazamientos en la vía pública, los accidentes de mayor gravedad están relacionados con la maquinaria agrícola y, de manera específica, con la utilización de tractores, siniestros que tienen lugar en campos y tierras de cultivo, así como en explotaciones ganaderas y forestales.
Sin embargo, los accidentes con tractor no suceden exclusivamente en un entorno laboral, pues una parte muy relevante de los mismos afecta a personas que no ejercen una actividad agraria profesional. Es el caso de personas jubiladas, familiares que colaboran en la explotación agraria, personas para las que las tareas agrícolas son una afición o una segunda actividad, entre otros ejemplos.
De esta forma, los datos de siniestralidad de este colectivo no profesional son abrumadoramente mayores que los del ámbito laboral. No en vano, distintos estudios señalan que en el periodo entre 2010 y 2019, en torno a 50 personas fallecieron en Castilla-La Mancha en accidentes de tractor, de los cuales 32 se produjeron por vuelco de dicho vehículo. De todos ellos, tan solo seis accidentes tuvieron lugar en el ámbito laboral y solamente uno se debió al vuelco del tractor.
En el entorno laboral, el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgo Laborales está llamado a aportar una cierta garantía de seguridad: se evalúan los riesgos, se facilita formación e información a los trabajadores, se llevan a cabo controles médicos... Asimismo, la progresiva profesionalización y especialización del sector, a través de la utilización de mejores medios y recursos, también contribuye al control de los riesgos.
Aun así, tanto los incumplimientos preventivos, como las características propias de la actividad agraria, en cuanto a la orografía del terreno, duración de las jornadas, condiciones climatológicas, ejecución de trabajos en solitario, temporalidad, horarios, presencia de trabajadores de otras nacionalidades, etc., motivan que dichos riesgos no estén suficientemente controlados. Es la razón por la que todas las partes implicadas –empresas, administraciones, población trabajadora, interlocutores sociales...– han de continuar implantando medidas y políticas para combatir la siniestralidad.
Factores a tener en cuenta
Fuera de este entorno laboral hay que tener en cuenta factores como la edad de las personas fallecidas, la utilización de medios obsoletos, la ausencia de supervisión, la falta de profesionalización o la improvisación y el desconocimiento del alcance real de los riesgos. Todo esto provoca un elevado número de siniestros de fatales consecuencias que trascienden el mero accidente y se convierten en dramas familiares y sociales.
Esto significa que accidentes que tradicionalmente se asocian al ámbito laboral, cuya prevención y control se espera que venga de dicho entorno, son, en realidad un problema de índole social que requiere de la concienciación de todos los implicados. Esta circunstancia motiva una cierta desprotección y desatención: se conocen las consecuencias, pero no así los antecedentes o las causas que motivan el accidente. Aquello que se desconoce, difícilmente puede prevenirse.
De entre estos siniestros destacan los que se producen por el vuelco de tractores y, de manera específica, aquellos tractores cuya antigüedad motiva que carezcan de los medios más básicos de protección, los cuales suelen estar presentes en pequeñas explotaciones, muchas de ellas de ámbito familiar o no profesionales. En particular, este tipo de tractores no cuentan con estructuras de protección en caso de vuelco (denominadas ROPS en el argot), ni con cinturón de seguridad.
Minimizar las consecuencias
Estas medidas no evitan el accidente en sí, puesto que la posibilidad de volcar sigue existiendo, pero está suficientemente demostrado que las protecciones minimizan las consecuencias físicas del accidente, al evitar que el trabajador salga despedido o quede aplastado entre el tractor y el suelo.
Conscientes de la dificultad que supone la incorporación de las medidas de seguridad propuestas a tractores muy antiguos, puesto que no todos los modelos disponen de elementos homologados que puedan instalarse sobre los mismos y porque, además, su coste económico representa una barrera en múltiples ocasiones difícilmente salvable para el propietario, se ha puesto en marcha la campaña Tu vida, sin vuelcos. Esta iniciativa de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en el marco de la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, pretende fomentar el uso seguro del tractor, a través de la concienciación respecto al riesgo de vuelco y a los posibles daños ocasionados por este tipo de accidentes.
Con este fin, la campaña pone a disposición de la ciudadanía diversos documentos técnicos, videos e, incluso, un simulador de conducción segura de tractor, a través tanto de la página web de Seguridad Laboral de Castilla-La Mancha (https://seguridadlaboral.castillalamancha.es/campanas), como de la web específica de la campaña (https://tuvidasinvuelcos.com/).
Esta campaña de concienciación, enmarcada en el Acuerdo Estratégico para la Prevención de Riesgos Laborales en Castilla-La Mancha, 2017-2021, viene a complementar a otras acciones puestas en marcha, tales como la vigilancia y control del cumplimiento de la normativa en los centros de trabajo y las ayudas económicas para la renovación del parque de maquinaria agrícola.