Pedro Gamo, poeta

05/09/2020 - 17:00 Luis Monje Ciruelo

El poemario Hacia Cúspide, es un tesoro familiar que he leído con emoción porque, además, la calidad de los casi cincuenta romances que lo conforman lo merecen.

Los que casi nos creemos profesionales de la Literatura recibimos con buen talante el primer libro de algunos de los que empiezan, porque creemos que nuestra opinión tiene más garantías que otras. Digo todo esto a cuento del libro poético, y póstumo de Pedro Gamo Ortega Hacia la cúspide, que me ha hecho llegar el Dr. Jacinto Gamo, hijo del autor y profesor de Zoología de la Universidad de Alcalá. Comprendo el cariño, respeto  aún devoción de los familiares al ver a Pedro sumando poemas toda su larga vida sin llegar a verlos reunidos en un libro, como es la ilusión de todos, ya que falleció en 1958. 

Nació Pedro Gamo en  Congostrina, aldea del entorno de Jadraque, tan necesitada de una buena carretera que la una con La Toba y la estación de ferrocarril de Jadraque, ya que el estado de la actual es verdaderamente infame.

El poemario Hacia Cúspide, es un tesoro familiar que he leído con emoción porque, además, la calidad de los casi cincuenta romances que lo conforman lo merecen. Leer esta obra es casi dar un repaso a la historia y aún al Arte y la Naturaleza de la provincia, como comprobaremos leyendo sus títulos al final.  Este libro es, por consiguiente, una interesante aportación a la bibliografía provincial, no demasiado nutrida de libros de versos con permiso de Jesús García Perdices, el poeta alcarreño por antonomasia. 

La relativa facilidad del octosílabo romanceado no ha restado sentimiento poético a los versos de Hacia la cúspide, titulo que ya sugiere el sentimiento religioso que lo impregna. 

Pedro fue un alcarreño, hasta ahora para mi desconocido, pero con un gran sentido poético y la cultura suficiente para que los episodios añadidos e inventados encajen perfectamente en la historia medular.  Así sucede, por ejemplo, en los nueve romances dedicados al Cid Campeador y el resto de los numerosos poemas que conforman el libro, con títulos tan sugestivos como: Canto al Henares, Canto al Ocejón, Hita del Arcipreste, Castillos de Atienza y Anguix, Molinos de la Mancha, Un muchacho de Mazuecos, Santa María del Vado, etc.  

En suma, un delicioso y recomendable libro de poemas ideal para disfrutar leyendo este otoño. Recuerdo que Pedro Gamo comenzó sus estudios sacerdotales en Sigüenza y se diplomó en Pedagogía. Opositó luego a Inspector Diplomado de Hacienda, cargo que desempeñó en La Coruña, Barcelona y Madrid. Fue padre de siete hijos y murió en 1958 a los 60 años de edad.