Pedro José Pradillo: “Habéis convertido la Semana Santa en algo digno”

09/04/2022 - 19:11 FCV

Siguiendo la tradicional alternancia entre laicos y religiosos, la Junta de Cofradías y Hermandades de Guadalajara, encabezada por Juan José González Vegas, eligió al historiador alcarreño, Pedro José Pradillo, para pregonar este pasado Viernes de Dolores la Semana Santa en el Altar Mayor de la Concatedral de Santa María. Lo hizo acompañado por el obispo diocesano, Monseñor Atilano Rodríguez Martín, y el vicario general, Agústín Bujeda. Al acto acudieron direfentes representantes del Ayuntamiento, Junta de Comunidades, Diputación, Ejército, y Fuerzas de Seguridad del Estado.  

Para Pradillo, referente en el ámbito cultural de Guadalajara y buen conocedor de la historia de nuestra ciudad, fue un “enorme privilegio y sorpresa; yo soy una persona -dijo- que no vivo la Semana Santa directamente, la vivo al lado de mi hermano, que es Hermano Mayor de una Cofradía, de mis sobrinos, Y de mis hermanas, que si viven con una intensidad la Semana Santa”. Lo hizo orgulloso, en un marco incomparable que jamás se hubiera imaginado protagonizar: “Delante del magnífico retablo que diseñó Francisco Mir en 1622 y que es una de las pocas joyas que se han salvado dentro de la imaginería de la ciudad”.

Pradillo en su recorrido histórico se remontaba al siglo XVI para explicar los orígenes de la Semana Santa en Guadalajara, con el germen de la reforma franciscana. Oración interior, reflexión en el enfrentamiento entre heterodoxia y ortodoxia, “en esos orígenes de esta celebración”, hasta llegar a los siglos XX y XXI. Habló de la evolución de una Semana Santa en un contexto histórico muy diferente al actual, con el surgimiento de la imaginería, de las primeras expresiones religiosas en las calles, y del nacimiento de la cofradías.

A principios del siglo XVI –recordaba- “hay una revolución intelectual en Europa donde el Humanismo está tomando las riendas y la Iglesia está empezando a considerar que hay que atender a las nuevas necesidades espirituales que tiene la comunidad cristiana de Europa”, hay que vivir una espiritualidad auténtica “nada formalista despojada de ritos y apartando un poco la idolatría¸ se creía que esa regeneración de la Iglesia pasaba por comprender bien la palabra de Dios.

El punto de inflexión fue el año 1536, cuando se comenzó a consolidar la expresión religiosa tal y como la conocemos hoy. “La ciudad de Guadalajara comienza los desfiles procesionales de Semana Santa", decía Pradilo, haciendo un recorrido por los primeros pasos de la ermita de la Soledad, Nuestra Señora del Rosario, seguida por otros pasos, a partir de 1574 realizados por grandes imagineros de Guadalajara, que ejecutaron piezas maestras como el Cristo atado a la Columna, Camino del Calvario, Descendimiento de la Cruz o la Virgen de la Soledad.

La Cofradía de los Apóstoles se creó en el siglo XVII, con la fundación Real Fábrica de Paños en Guadalajara, siglo en el que se prohíben los elementos más profanos, como los gigantes y cabezudos.

Una Semana Santa que tuvo altibajos. Sin embargo, en 1936, tuvo su decadencia más profunda, cuando se quemaron las iglesias de Guadalajara y con ellas los pasos originaros. “Con el nacionalcatolicismo de la dictadura franquista se recuperan las cofradías primitivas y se crean otras nuevas y aquellos desfiles poco acompañados se fueron convirtiendo en lo que la Semana Santa es hoy", narraba.

“Habéis dedicado grandes recursos económicos materiales y humanos para que aquella Semana Santa que yo conocí, en la que iban unos pasos empujados por gente pagada a sueldo con cuatro cofrades alrededor, se haya convertido el tiempo en unos desfiles procesionales de primera magnitud”. Todo ello acompañado “con unos aportes musicales entonces desconocidos”. Pradillo aprovechaba para recordar “aquella banda de cornetas de la OJE,  La banda provincial y poco más”.

Ahora, sin embargo, lucen los pasos en los desfiles. “Son emocionantes las salidas y las entradas de los pasos de las iglesias; habéis convertido la Semana Santa en algo digno”, se dirigía a los presentes. Para concluir parafraseó unos párrafos de la homilía del Santo Padre del año pasado en Roma: “Acercándonos a quien es humillado, amamos a Jesús. Él está en los últimos, en los rechazados, en los que nuestra cultura farisaica condena”.

Y cuando terminó su pregón, Pradillo rogó un alto en los aplausos y pidió unos minutos de silencio "por las víctimas de esa guerra injusta que está viviendo Europa".