Procesiones y toros

Y seguimos en esta España nuestra, en una provincia rica en tradiciones, fiestas y folklore. A lo largo del periódico contemplamos hoy la solemnidad, la vistosidad, la devoción y el costumbrismo en la celebración de la Semana Santa con pasos procesionales con siglos de historia saliendo con igual ritual que antaño, con simbologías recuperadas como el Descendimiento de la Cruz en la catedral de Sigüenza. Pasiones vivientes, procesiones, monumentos en las iglesias ante los que rezar en los días más importantes para el cristianismo, gastronomía típica como las monas de Pascua o las torrijas y gestos como la quema del Judas, en el que se da su merecido al traidor, que en algunos pueblos, como Huertapelayo, constituye por sí solo suficiente atractivo para que sus hijos u oriundos se desplacen ex profeso para verlo. Seguimos fieles a nuestras raíces, orgullosos de ellas y además los más jóvenes las siguen con entusiasmo garantizando con este relevo generacional su futuro.  

  Y hablando de fiestas, la nacional, la de los toros, también tiene un arraigo importante entre la población. Pronto comenzarán las sueltas de reses por campos y calles, las novilladas, los festejos, y con luz propia, dentro del calendario nacional, resalta la corrida de primavera de Brihuega que tendrá lugar este sábado y que además de figuras del toreo de renombre, se caracteriza por su componente social, tanto por los famosos que pueblan las barreras, atrayendo la expectación del aficionado, como por las miles de personas que aún no entrando en la plaza, recorren las calles, comen en la localidad, generan bullicio, algarabía, alegría, ambiente. Es un día grande para un pueblo en permanente crecimiento, recuperación de patrimonio, incorporación de espacios para disfrute del visitante. El jardín de la alcarria es punto destacado del turismo. Toros y procesiones siguen formando parte del ADN de los que habitamos en esta provincia.