Provincia de paradores

La sempiterna obra del Parador de Molina parece tener los días contados. Han pasado más de trece años desde que fuese anunciado y múltiples han sido los obstáculos en el camino, desde cambios de gobiernos o desencuentros políticos, hasta una fuerte crisis económica, una pandemia o aquella tormenta de nieve de Filomena. No será lo que en un principio se proyectó en cuanto a numero de habitaciones y dimensiones, pero ni es una pensión ni un alojamiento más, es un establecimiento que lleva el sello de calidad de la Red Nacional de Paradores, con reconocido prestigio internacional y sinónimo de buen servicio, instalaciones cómodas y una gran atención. Esperemos que pronto todas aquellas personas que hacen ‘turismo de Parador’ se enteren de que el número 98 está en una preciosa ciudad, conocida como la Capital del Señorío, con vistas a un castillo y unas murallas, en una comarca con mucho que visitar, sobre todo con un gran patrimonio medioambiental. 

    La apertura en septiembre de este Parador supone que en la provincia habrá dos, aunque el de Sigüenza cierre ahora para acometer una ambiciosa reforma que le hará todavía más agradable para el visitante. Un buen amigo, periodista de Televisión Española, que ha visitado medio mundo, nos dijo en una ocasión que como el amanecer en el Parador de Sigüenza, desde su habitación con orientación al pinar, y la paz del lugar, no recordaba mucho igual. España, aunque debamos potenciarlo, no es solo sol y playa, tiene mucho encanto interior que disfrutar y Guadalajara es un buen ejemplo.  

  Ahora sí, hay que conseguir que los mejores profesionales para estos paradores fijen su residencia en el medio rural para lo que es preciso buenos servicios públicos, tecnología, transporte, cajeros automáticos, seguridad…. O sea todo eso de lo que tantas veces hemos hablado. Sin duda, una gran noticia no solo para Molina sino para toda Guadalajara.