Quer vivió intensamente el día del Cristo de la Misericordia
05/09/2015 - 10:49
Quer vivió el día grande de las fiestas en honor al Cristo de la Misericordia, por ser ayer, día 4, el primer viernes del mes de septiembre. A partir de las doce y media de la mañana comenzaba la Misa Mayor en honor al Cristo, con la Iglesia de Nuestra Señora de la Blanca abarrotada de fieles. La talla negra, que los hermanos del Cristo de Quer bajaron el pasado domingo de su altar estaba, engalanada de flores, ubicada entre los dos patrones de la villa, San Vicente y la Virgen de la Blanca.
Precisamente aquel fue el momento en el que comenzaba el ceremonial del Cristo, cuando la imagen descendía del altar del templo para ser colocada sobre las andas. Fue entonces cuando Ricardo Duque, el habitual subastero de los palos y las cintas, recibía de manos de Jesús Lamparero el cetro que lo distingue como hermano mayor. Duque estaba emocionado. La lista de cofrades es muy larga, y sólo se puede ser el hermano mayor una vez en la vida, así que éste va a ser para mí un año muy especial. Llevo muchos años en Quer, tantos que creo que soy de Quer y no del lugar en el que nací, y para mí esta distinción es un enorme motivo de orgullo, reconocía.
Oficiaron hoy la misa los dos párrocos de Quer, Alfonso Olmos y Carmelo de la Fuente, a quienes acompañó también el sacerdote yebrano José Benito. El alcalde de Quer, José Miguel Benítez, portaba el bastón de mando del Ayuntamiento por primera vez en la fiesta del Cristo, después de las pasadas elecciones municipales de mayo, y como es tradición, hizo con él la ofrenda. El regidor encabezaba la delegación municipal a la que acompañaron también el subdelegado del Gobierno en Guadalajara, Juan Pablo Sánchez, y la senadora Ana María González.
Fue la charanga complutense Iplacea la que recogió al alcalde de Quer en su domicilio, como manda la tradición, y acompañó a las autoridades hasta la iglesia de Nuestra Señora de La Blanca.
La Misa, además de la ofrenda floral al Cristo, reúne varios momentos más que son particularmente emotivos, talla e iglesia son rociadas de incienso en varias ocasiones por ejemplo, pero sobre todo, los seteros se emocionan especialmente cuando cantan el himno del Cristo ante una imagen que fue salvada de la quema durante la Guerra Civil por el fervor setero. El himno dice así: De tierras americanas, vino a Quer tesoro y gloria, en ti Cristo agonizante, Cristo de misericordia. Me desgarra tu dolor, de verte en la cruz sufriendo, que estando por mi muriendo, aún me miras con amor.
Sin duda el más sentido y que puso un nudo en la garganta a todos los presentes fueron las palabras que pronunció el hermano mayor al término de la Misa. El Cristo siempre ha cuidado de mí. Año tras año yo lo he llevado sin falta, pidiéndole que cuidara de todo lo que hasta el momento me ha hecho feliz: mi familia, mi matrimonio, el nacimiento de mis hijos, mi trabajo
Siempre ha cumplido. Cada año, cuando devolvemos al Cristo a su posición en el altar, después de la procesión busco la mirada de mi padre. Nos damos un fuerte abrazo para que el Cristo sepa que todo va bien. Este año también lo haremos, dijo.
Por cortesía de la Hermandad del Cristo, el trío de violín, órgano y soprano Ermitage Musical engalanó de manera soberbia la ceremonia interpretando obras de G.F. Haendel, Mozart o F. Schubert.
Ya ayer hubo un recuerdo para los hermanos difuntos, especialmente para aquellos que han muerto en el año 2015, pero será en la Misa de mañana cuando se les recuerde de manera principal.
Al término de la ceremonia religiosa, el Ayuntamiento invitó al pueblo de Quer a un refresco también por primera vez en las nuevas instalaciones de la Plaza Mayor. El alcalde de Quer, José Miguel Benítez, se encargó de dar la bienvenida a los presentes antes de que el pueblo de Quer compartiera el aperitivo. La charanga Iplacea también se encargó de amenizar musicalmente el refresco.
Ya por la tarde, el Cristo salía en procesión. Pero el momento más solemne de la celebración religiosa, y con ello de la fiesta mayor de Quer, es la procesión que tiene a la imagen como protagonista. Los seteros mantienen la costumbre de acompañar con música al hermano mayor y al alcalde de camino de la Iglesia.
A las 19 horas, ya con la talla del Cristo en la Plaza de Juan Pablo II, comenzaba la subasta de palos y cintas. Conducida con el buen humor y saber hacer de Rodolfo Zaera, por ser el subastero habitual el hermano mayor, los seteros pujaron por dos veces en las dos subastas que acontecían antes y después de la procesión. La primera fue para empujar la carroza de la figura del Santísimo Cristo de la Misericordia durante la procesión y para portar sus diez cintas. La segunda, para recogerlo dentro de la Iglesia. Curiosamente, el pago de la subasta se realiza en el año siguiente de la puja.
De esta manera el Cristo salía en una procesión llena de respeto y devoción precedido por la música complutense. Partía de la Iglesia, ya subido en su carroza, en dirección a la Plaza Mayor, subiendo después por las calles de Colón y Cervantes hasta la Plaza de las Cruces, para acabar retornando por Mayor Alta a la Plaza y a la Iglesia, donde la talla ha vuelto a ser colocada en el Altar Mayor.
La procesión terminó con el canto respetuoso y sentido del himno del Cristo, que los seteros cantaron de nuevo con toda su fe. Además de los actos religiosos, y como todos los días, la Comisión de Festejos preparó actividades para los más pequeños, ayer con el castillo de hinchables. Para esta tarde y la noche quedaron los disfraces infantiles y los disfraces para los mayores, además de la actuación del grupo Lapsvs.