Racionalidad económica

24/02/2020 - 13:05 Jesús Fernández

Seguimos en la reflexión popular. Ni capitalismo salvaje ni comunismo confiscado.

Recojamos la opinión popular. El mundo occidental se divide en dos bloques ideológicos y económicos que están encriptados en su cultura. Por una parte, el capitalismo respetuoso con la propiedad  privada y reconocedor de la plusvalía o valor añadido, del beneficio, del desarrollo y del bienestar personal y, por tanto, social, contribuyendo a las cargas sociales. Por otra parte tenemos el comunismo, el marxismo, enemigo de la propiedad privada del capital, donde el Estado (es decir los partidos políticos únicos y los gobiernos) es el único titular de la propiedad tanto del capital como de la mano de obra. Todos trabajamos e invertimos para el Estado que reparte beneficios entre sus dirigentes, olvidando la población hambrienta. Sin embargo, la economía europea se ha levantado en Europa de los desastres de la II Guerra Mundial bajo la fórmula de Erhard alentando y promoviendo una economía social de merado      

Seguimos en la reflexión popular. Ni capitalismo salvaje ni comunismo confiscador: Se presentó la socialdemocracia que está desparecida y en crisis en toda Europa menos en España. Pero ahora el comunismo está en el gobierno de la nación de la mano de ella.¿Qué harán ahora con las calles, con las protestas, con los sectores perjudicados y descontentos? Antes decían los populistas que la derecha protesta cuando pierde  el gobierno porque ellos se creen con derecho al poder y no aceptan que otros tengan el poder del gobierno. No aceptan –decían  con osadía- el resultado de las elecciones. Ahora han cambiado los gritos en la calle por los gritos  en el Parlamento. Sentados en sus poltronas ministeriales, oyen a través de la ventana del Despacho, las voces y las consignas de protestas que vienen de la ciudadanía. ¿Contra quién protestan?  Ahora son ellos mismos el Gobierno. ¿Será que los suyos protestan contra sí mismos? Tremenda paradoja.

Ningún problema. Kein Problem. Se aumenta el gasto corriente de la administración (cargos, organismos e instituciones para colocar a los suyos)  se suben impuestos, se cambia el concepto de rico y de clase media que pasa a ser  clase medida, se subvenciona a todos los que hablen mal de nosotros, incluidos los Medios de Comunicación,  para que cambien su narración, crece la recaudación  a base de  impuestos, se beneficia a los amigos, se carga todo al déficit del Estado, crece la  deuda pública que pagarán las generaciones venideras. Así se sigue adelante hasta las nuevas elecciones donde les contarán al pueblo otras mentiras que son la posverdad. Les dirán que han derogado y cambiado las leyes anteriores de otros gobiernos enemigos del pueblo. Que han recuperado derechos y libertades que les habían arrebatado los ricos capitalistas, terratenientes y fachas. Ellos comen mariscadas y no van a los palcos como invitados. No se ve racionalidad por ninguna parte, sólo revolución y silencio.