Radiografía de los aplausos

27/01/2020 - 17:37 Jesús Fernández

La división en la sociedad entre los que mandan y los que obedecen, entre señores y esclavos, es una de las mayores alienaciones sociales que indicó Marx.

Un grupo de Diputados se levantó de sus asientos y comenzó a aplaudir rabiosamente cuando la Presidencia del Congreso acababa de leer los resultados de las votaciones para elegir al Presidente del Gobierno. Los aplausos se prolongaron durante unos largos minutos. Estamos en una sociedad de Jefes, no de ciudadanos. Volvemos a las metáforas del pueblo rebaño, de la multitud amorfa, o de las sardinas y tiburones. No hay escena más bochornosa que estos aplausos. Aplaudían con todas sus fuerzas: con los ojos, con la mirada, con el rostro, con el cuerpo, con las manos, con los labios, con los brazos. Sólo faltaban los gritos, la voz. Valores fundamentales exigen actitudes fundamentales. Estamos ante una sociedad de intereses fundamentales no de valores. Ante estas escenas me vienen siempre a la mente las palabras de Unamuno que, al recibir y recoger  un Premio, con todos los asistentes levantados  aplaudiendo su entrega, preguntaba al que se sentaba al lado en la tribuna ¿contra quién van estos aplausos?

Evidentemente, en este caso los aplausos de los Diputados iban contra el partido perdedor de las elecciones, de las votaciones. Se aplaude más que al vencedor. contra el vencidoEl odio une más que el honor, la rabia más que la cortesía. El hambre de poder se extiende por toda nuestra democracia y sus instituciones. Hay demasiada pleitesía en nuestra sociedad y se presta más  admiración a aquél que no se la merece por egoísmo, por corrupción, por traidor. Somos una sociedad de Jefes que dominan no de ciudadanos que reflexionan libremente. Prietas las filas en pos de sus intereses. La adhesión está dictada por el dinero y la hipoteca. 

La división en la sociedad entre los que mandan y los que obedecen, entre señores y esclavos, es una de las mayores alienaciones sociales que indicó Marx. Es una división radical. Unos tienen el poder y otros pagan con sus impuestos y obediencia, ese poder. La igualdad no existe por ninguna parte. ¿Por qué no renuncian al poder y sus privilegios algunos poderosos de la izquierda igual que ellos exigen a los ricos que renuncien a sus riquezas a favor de los pobres?  El debate político se centra en la economía ¿por qué no se centra en el poder?

Aplauden estos Diputados, en primer lugar, a sus puestos asegurados, a sus escaños conseguidos por benevolencia del Jefe que, por simpatía y fidelidad,  les incluyó en las listas, entre los candidatos. Le devuelven aplausos por confianza. Ahora a ver si les nombra para un cargo. No quieren defraudar porque esos aplausos son un halago. Conseguido el nombramiento, el cargo ministerial, la secretaría o la portavocía, entonces pueden disponer del dinero, de la capacidad de gasto, de presupuesto  y nombramiento de sus amigos. Así tendrán accesos a las reuniones, a las celebraciones  de la alta sociedad Eso significan los aplausos que no son desinteresados sino muy interesados y ambiciosos. No quiero aplausos en mi  porque hay que reompensarlos.