Retirada la valla de seguridad del Arroyo Cabanillas por orden de la Confederación del Tajo

El Ayuntamiento de Cabanillas del Campo ha procedido en las últimas horas a desmantelar un vallado que, desde hace más de dos décadas, protegía el cauce del Arroyo Cabanillas en el tramo por el que pasa su cauce en las cercanías del Centro Joven Municipal y la zona del Ferial, de gran afluencia de público en momentos festivos.

El consistorio cumple así con una demanda que ha venido haciendo en este sentido la Confederación Hidrográfica del Tajo, con constantes requerimientos y amenazas de sanciones económicas, en un expediente que iniciaron en el año 2019, a pesar de que desde los servicios técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento se considera que ese vallado cumplía perfectamente la legalidad, y que era un elemento importante para garantizar la seguridad de los viandantes que pasan por la zona.

Se trataba de una valla sencilla, una malla simple de torsión, de dos metros de altura, sobre postes de galvanizados, y 90 metros lineales. Discurría por la cabeza del talud paralelo al cauce del Arroyo en relación con el espacio exterior del Centro Joven. Se instaló la zona hace más de 20 años, y tenía como objeto garantizar la seguridad de los viandantes que pasan por las calles cercanas, tanto en el lado del Ferial como en el del Centro Joven. “Ese cerramiento se levantó para evitar caídas indeseadas de personas en el Arroyo de Cabanillas desde la zona exterior del Centro Joven, dada la diferencia de cota existente entre esa zona y el cauce del Arroyo, en algunos puntos de hasta 5 metros de altura, en un lugar frecuentado por numerosos jóvenes por la naturaleza lúdica del mismo como complemento a las actividades que se desarrollan en dicho edificio”, explicó el Ayuntamiento en un informe técnico del arquitecto municipal remitido a la CHT.

En el otoño de 2019 el Ayuntamiento de Cabanillas recibió las primeras amenazas de sanciones económicas por parte de la Confederación, instando a la eliminación del vallado, porque aseguraban que en su día se instaló sin autorización. En la primavera de 2020 el Ayuntamiento solicitó la legalización de la estructura y la paralización del expediente. Y aunque inicialmente la CHT sí suspendió el procedimiento, finalmente la entidad reguladora de cuenca retomó las sanciones, no ha atendido a las razones expuestas por el consistorio, y volvió a exigir la retirada de la estructura, lo que ya se ha acometido.

“Ese vallado no implicaba ningún riesgo medioambiental. No era un elemento rígido que encauzara el agua ni un obstáculo insalvable. Era una simple malla de alambre que separaba el terreno superior del barranco que forma el cauce. La valla ha estado durante muchísimos años cumpliendo eficazmente su función de seguridad, y nos llama la atención que, décadas después de su colocación, la CHT comenzara un acoso absurdo hacia este Ayuntamiento para su eliminación”, ha valorado el alcalde, José García Salinas. “Yo estoy seguro de que en la CHT tiene que haber asuntos de muchísimo más calado y trascendencia para la sostenibilidad y el buen desarrollo de toda la cuenca del Tajo, y llama la atención la insistencia que han tenido con esta cuestión absolutamente menor e intrascendente”, añade Salinas.

«No es la primera vez que nos topamos con decisiones obtusas de la CHT en Cabanillas. Nosotros hemos alegado, hemos presentado los informes técnicos pertinentes, y hemos insistido en la importancia que tiene esa malla para la seguridad de los viandantes. Obviamente, tras agotar todos los cauces, finalmente hemos procedido a obedecer sus instrucciones y a retirar ese vallado. Pero quiero dejar constancia de que desde el mismo día de su retirada, este Ayuntamiento hace responsable directa a la Confederación de cualquier caída o incidente que pueda acontecer en la zona por esta decisión», concluye el primer edil, que califica la actitud de la CHT de “error lamentable”.

Por este motivo, el alcalde ha solicitado un nuevo informe a los técnicos municipales, en el que se deje constancia de la fecha de retirada del vallado, a partir de la cual el consistorio considera responsable a la CHT de cualquier incidencia que pudiera conllevar la decisión.