Revuelta popular en Varsovia por una vivienda digna

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

“Tenemos que seguir luchando por nuestras casas y la justicia social. Nos quieren echar de nuestras viviendas porque somos pobres”, dice una mujer entrada en años.
Una chica joven le contesta: “No lo pueden conseguir. Los especuladores quieren enriquecerse a nuestra costa y no pueden ganar esta batalla. El derecho a una vivienda digna es básico en una sociedad que pretende ser democrática”. Todo el mundo asiente con la cabeza. Unas cien personas se han reunido en la sala de juntas de la sede de un partido político, en el número 30 de la avenida Jerozolimskie de Varsovia, en pleno centro de la capital polaca. El maestro de ceremonia es Piotr Ikonowicz, un activista de la izquierda radical que ha vivido en Cuba y en España y lleva años metido en mil batallas políticas y sociales. Asisten al encuentro personas sencillas y humildes que están a punto de perder sus casas.
Así son las cosas en la Polonia democrática que crece a un ritmo del 6% anual y se ha convertido en uno de los motores económicos de los antiguos países socialistas de Europa central y oriental. Quién no puede hacer frente a la subida astronómica de los alquileres en Varsovia, pero también en otras ciudades polacas, corre el riesgo de quedarse en la calle. Antes el Código Civil tenía una cláusula que protegía a niños, ancianos y jubilados y garantizaba una vivienda social a todos los ciudadanos. Esto se acabó. En los años 90 Polonia, que había pasado de la noche a la mañana del ‘socialismo real’ de corte autoritario al capitalismo salvaje, vivió una situación social dramática. Centenares de fábricas cerraron sus puertas o se vendieron a las multinacionales, la inflación se disparó hasta el 600% y el paro afectó a más del 20% de la población activa. Miles de familias fueron desahuciadas, al no poder pagar el alquiler de sus casas.

En la calle
Se encontraron de la noche a la mañana en la calle y tuvieron que ser realojadas en viviendas de amigos y familiares. Otras resistieron e iniciaron una batalla legal para quedarse en sus casas, que todavía no ha terminado. “Quieren pagar el alquiler, pero piden que sea moderado”, explica Ikonowicz. Según diversos estudios, un 25% de las familias varsovianas tiene problemas para pagar el alquiler. En todo el país, unos dos millones de inquilinos que antes vivían en casas que eran propiedad de empresas públicas que han sido privatizadas, corren el riesgo de quedarse en la calle.