Rozalén ofrece en Guadalajara un concierto cargado de emociones, muy intenso, vitalista y festivo

19/09/2022 - 17:20 Mónica Tovar

Intensa, reivindicativa, festiva y muy agradecida. Así se mostró Rozalén en su concierto en la Fuente de la Niña. La albaceteña se sintió como en casa, y no solo por estar en su tierra. ‘Este tren’ abrió su actuación, y enseguida llegaron sus palabras. 

Esas palabras sinceras, con gracia y con lenguaje llano que caracterizan a esta artista de Letur orgullosa de su pueblo y con las que enseguida conectó con el público.

Comenzó el concierto con mucha intensidad, como ella misma reconoció, y advirtiendo al público que se preparara para llorar y bailar, como así fue. En sus primeros temas no faltó ‘La Línea’, su canción a todos aquellos que tienen que partir de su tierra en busca de un futuro; ‘Justo’, acompañado de los versos de ‘Tristes guerras’ de Miguel Hernández; el homenaje a Silvio Rodríguez con ‘La Maza’; y ‘Mar en el trigal’ .

Pero después de tanta emoción contenida llegó la parte más festiva, en la que animó y consiguió que el público hiciera una conga, o varias, al ritmo de ‘Amiga’; que reivindicara la necesidad de quererse a uno mismo con ‘Que no, que no’; hiciera levantar las manos a las “malasmadres” que allí estaban con ‘Yo no renuncio’; pidiera la participación de todos en la próxima carrera contra el cáncer e interpretara ‘Vivir’.

En su parte más bailable tampoco faltó ‘El día que yo me muera’, sus ‘Girasoles’, la ‘Puerta Violeta’, ‘80 veces’ o ‘Vuelves’.  

Y caminando hacia el final de la actuación, que se aproximó a las dos horas, y en uno de sus continuos mensajes vitalistas, llegó ‘Y busqué’, animando a cuidar el árbol interior de cada uno para así mejorar entre todos el bosque. No quiso terminar sin ‘Agarrarse a la vida’, uno de sus últimas creaciones.

Y el final, antes de una larga despedida sobre el escenario, llegó con ‘El paso del tiempo’, un canto a la vida, como lo fue todo su concierto.