Salud mental: No perdamos el equilibrio emocional


No hay salud sin salud mental, y es que la salud mental es el equilibrio entre lo biológico, lo fisiológico, lo psicológico y lo relacional. La sanidad pública tiene un gran reto en lo que se refiere a la salud mental.

La sanidad pública tiene un gran reto en lo que se refiere a la salud mental. Es necesario hacer más accesible a la población la atención psicológica especializada, generalizando la presencia de psicólogos de Atención Primaria y que se prioricen las intervenciones preventivas y grupales para aumentar su eficiencia.

Y eso porque no hay salud sin salud mental, y es que la salud mental es el equilibrio entre lo biológico, lo fisiológico, lo psicológico y lo relacional. 

Este equilibrio puede romperse por traumas, pérdidas, adicciones, no aceptación de los problemas, un yo hipertrofiado y un gigantesco ego.  También debido a algunas enfermedades degenerativas y otras que vienen en el genoma, junto con situaciones diversas como la soledad.  

Algunos estudios señalan que más de un 20% de los y las menores de edad presentan durante la infancia algún problema de Salud Mental que requiere atención especializada. Los problemas de salud mental en los más jóvenes son una realidad que no podemos eludir. Todos debemos tomar conciencia de su importancia.

Los problemas de salud mental más habituales evolucionan con el tiempo. Si no ponemos los medios para tratarlos desde la infancia, los diagnósticos podrían empeorar en edad adulta, puesto que el 80% de los problemas de salud mental en los adultos proviene de la infancia.

A los niños les daña el maltrato, la distancia afectiva, el fracaso en el vínculo y el apego o tener unos padres alcohólicos, drogodependientes, ludópatas, delincuentes, corruptos. También es dañino el acoso escolar, la pornografía violenta en internet y los anuncios sobre anorexia. 

Muchas personas creen que los niños son felices de por sí. Ese tópico es una fantasía. Los niños y adolescentes también se enfrentan a grandes dificultades. Nuestra responsabilidad es identificar esos problemas y actuar en consecuencia. En este punto, el papel de los psicólogos es fundamental para prevenir o intervenir cualquier tipo de patología relacionada con la salud mental

Tras 10 años consecutivos de trabajo en RECURRA GINSO, con la Salud Mental infanto-juvenil, hemos comprobado tanto a nivel ambulatorio, como terapéutico residencial, un agravamiento en quienes ya estaban diagnosticados, y una mayor presión social, que demanda intervención en Psicología Clínica y en Psiquiatría infanto-juvenil para que el daño ocasionado por la Covid-19 y el sufrimiento malamente acallado, no se cronifiquen o busque alternativas a veces irreversibles.

En España hay un insuficiente número de psicólogos en el SNS. De hecho, según el informe de 2020 del Defensor del Pueblo del Gobierno de España, basado en los datos del 2018, la media de psicólogos en nuestro SNS es de 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes. En la Unión Europea hay 18 psicólogos de media por cada 100.000 habitantes. La diferencia es abismal.

Es más, tanto España como Bulgaria son los dos países de la Unión Europea que no cuentan con especialidades de Psicología de la Infancia y la Adolescencia ni de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, con el impacto negativo que esta situación tiene sobre la Salud Mental de los menores.

En el área de la intervención con niños y adolescentes es imprescindible que haya psicólogos especializados en Psicología Clínica infanto-juvenil, tanto en los servicios de Salud Mental como en los centros de Atención Primaria, que puedan atender a los niños y adolescentes con problemas de ansiedad o depresión y proporcionarles la psicoterapia que, hoy por hoy, es el tratamiento de primera elección para estos trastornos, tal y como han demostrado los estudios de los últimos años y como recomiendan las instituciones de prestigio en este ámbito.

Mientras tanto, podemos facilitar que nuestros hijos mejoren su salud mental con el contacto con la naturaleza, disfrutar de la buena música, de la lectura de un libro, del arte, que se marquen un proyecto en la vida, fomenten las relaciones con otras personas, la serenidad, el compromiso social, el posicionarse positivamente en la vida, y el esforzarse en el optimismo y la esperanza.