San Sebastián, el festival que cambió con España
Del 19 al 27 de septiembre se celebrará una nueva edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (SSIFF o Zinemaldia), Y este año, Nueva Alcarria estará presente en él. Pero, ¿por qué cubrir una cita tan lejana? Primero, porque es una cita en la que más de una vez Guadalajara ha estado presente, aunque costara un poco encontrarla, como descubriremos en nuestro próximo artículo. Y segundo, es uno de los certámenes cinematográficos más prestigiosos del mundo.
Fundado en 1953, ha atravesado diversas etapas históricas marcadas por el contexto político, social y cultural de España. El festival nació bajo las siglas del franquismo. La primera edición, celebrada del 21 al 31 de septiembre de 1953, fue concebida como una “Semana Internacional de Cine” con el objetivo de prolongar la temporada turística. La cita no sólo contó con el respaldo del régimen franquista, también fue inaugurado por Carmen Polo, esposa de Francisco Franco. En 1954, el festival adquiría la “categoría B” de la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPE), y en 1955 se instauraba el premio Concha de Plata. En el 1957 obtenía al fin la “categoría A” y se creba la Concha de Oro como máximo galardón, con La nonna Sabella como ganadora.
Aunque el festival sirvió para mostrar una imagen más “abierta” del régimen, este periodo estuvo caracterizado por una fuerte censura y control estatal.
Y llegó Hitchcock
La apertura internacional y los primeros conflictos llegaron en la segunda etapa, entre 1960 y 1975. Durante los años 60, el festival comenzó a adquirir un perfil más internacional. Acogió el estreno europeo de Vértigo de Alfred Hitchcock (1958) y de Con la muerte en los talones (1959). Sin embargo, las decisiones del jurado generaron tensiones: en 1958, Ewa quiere dormir, una comedia polaca dirigida por Tadeusz Chmielewski. fue premiada frente Vértigo.
La presencia de cine estadounidense se convirtió en habitual, con figuras como Anthony Perkins, Jayne Mansfield, Charlton Heston y Elizabeth Taylor. El festival se volvió una herramienta de diplomacia cultural, pero el régimen seguía interviniendo. En 1963, el festival pierde temporalmente la categoría A por ese mismo motivo, pero la recuperaba en 1964 tras una reestructuración.
El año del compromiso
Entre 1976 y 1984 llegaba la transición a España, pero también una crisis para el festivial. En 1976, una carga policial en el Teatro Principal apunto estuvo de terminar con todo. El jurado, con Carlos Saura y Pilar Miró, abandonó el evento en protesta. El festival no podía mantenerse ajeno al contexto político y social.
En 1977 se constituyó como organismo autónomo, respaldado por el Ayuntamiento, la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco. El festival pasó a estar gestionado por una fundación público-privada, lo que supuso el inicio de su profesionalización. La dirección fue asumida intermitentemente por Luis Gasca, figura clave en la cinefilia española y editor especializado en cómic y cultura popular.
En 1986 empezaba una nueva etapa con la llegada de Diego Galán a la dirección. El festival se revalorizó artísticamente, con Galán haciéndolo más abierto y plural. En 1986, recuperada la clasificación A que se había perdido en los conbulsos años previos, se creaba el Premio Donostia, que sería otorgado a figuras como Gregory Peck, Bette Davis, Lauren Bacall, Robert Mitchum, Max von Sydow, Susan Sarandon, entre muchos otros. Galán, respetado crítico de cine fue clave en hacer del SSIFF un lugar de encuentro para el cine europeo y latinoamericano.
Richard Gere y ETA
A principios de los 90, el festival pasaba a estar gestionado por una estructura corporativa. En 2001 asumía la dirección Mikel Olaciregui, quien lo profesionalizó aún más. Apostó por el equilibrio entre cine de autor y comercial, consiguiendo estrenos como Mar adentro o El hijo de la novia. Bajo su gestión, el festival estrenó Melinda y Melinda de Woody Allen en 2004 y atrajo a grandes estrellas como Richard Gere o Demi Moore.
En noviembre de 2000, en pleno Zinemaldia, ETA orquestaba un atentado contra los periodistas Juan Palomo y Aurora Intxausti (acompañados de su hijo de 18 meses), quienes estaban cubriendo el festival. El explosivo fracasó solo porque Palomo abrió la puerta antes de lo previsto. Durante estos años se programaron contenidos vinculados a ETA. como La pelota vasca (Julio Medem) en 2003, generando críticas por supuestas simpatías hacia eal entorno etarra. No era la primera vez que se trataba el tema, ya que en 1994 Días contados (Imanol Uribe) se había hecho con la Concha de Oro y Operación Ogro (1973), sobre el asesinato de Carrero Blanco.
La etapa Rebordinos
En 2011 comenza la era de José Luis Rebordinos, la más lóngeva y transformadora del festival. Rebordinos llegó con una visión clara: diversificar financieramente, aumentar el compromiso social y consolidar la presencia internacional. Bajo su dirección se batió el récord de asistencia en 2024 con 172.301 espectadores y 5.314 acreditados.
También potenció las secciones Zabaltegi, Horizontes Latinos, Zinemira (cine vasco) y Culinary Zinema. Se organizó el programa Z365, con actividades durante todo el añoy se concedió la Concha de Oro a películas como Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta o Tardes de soledad, de Albert Serra, generando una polémica con sectores animalistas.
Políticamente, Rebordinos ha defendido el compromiso del festival con los derechos humanos y ha polemizado con partidos como Vox. Con él, San Sebastián se confirmó como más que un festival de cine. Es un referente internacional que no ha temido comprometer política y culturalmente, una cita que este año Nueva Alcarria no piensa perderse.