Sánchez

Un día en que tuve tiempo me dio por profundizar unen la lectura de la prensa digital, no limitándome a la información general del día. Y veo que los periódicos ofrecen no sólo la información de portada y páginas interiores, sino colaboraciones y comentarios de muchos días anteriores relacionados con la actualidad, de tal manera que permiten seguir la línea editorial del medio. No me ha sorprendido, por ejemplo, lo que he visto en ABC, que leo a diario en papel, pero sí me ha llamado la atención la de El País, periódico de cabecera de los socialistas, porque, en contra de que esperaba, este moderno periódico ha estado criticando la estrategia de recuperación  de Pedro Sánchez, (de regeneración , decía él) no sólo por su  actuación personal, sino por los recelos con que la veía su propio Partido por sus miras individuales o partidistas, lo que dice mucho, a la vista de los resultados, de la  objetividad del periódico). Su “No” y “no es no” contra Rajoy, repetido  hasta la saciedad, sin argumento alguno, o sin razonamiento creíble, le está pasando factura ahora. Y no quiero hablar del éxito de Rajoy, el hombre tranquilo, por respeto al vencido,  ni tampoco del fracaso rotundo de Sánchez, el hombre que parecía decir dogmas más que frases, y que al hablar enfrentaba más que unía, para no seguir la corriente de los articulistas que ahora hacen leña del árbol caído. Si El País la hace, demuestra, no solo su acierto, sino que los demás, incluida gran parte de la militancia socialista, recelaban de su estrategia. Un gobierno del PSOE, Podemos, Independistas, etc. como ha dicho ahora que gestionaba, hubiese sido, según el refranero, como poner la zorra a guardar gallinas. Seguro, seguro que ese gobierno frustrado de Sánchez hubiese resuelto el grave problema de Cataluña. Pero ¿cómo?. Probablemente sería peor el remedio que la enfermedad.  Y, como no quiero hablar por mí, porque luego algunos se me encampanan, voy recurrir a alguna cita, por ejemplo, de Disraeli, el gran político inglés, que dijo hace dos siglos, y eso que no conoció a Sánchez, que “el mundo está harto de grandes estadistas a quienes la Política ha degradado convirtiéndolos en políticos”, o esta otra de Cánovas del Castillo, quien, hubiese votado con los ojos cerrados a Sánchez de haber sido coetáneo suyo (?) Aunque conociendo a  Sánchez, Iglesias, Tania, dicho Puigdemont, Espinar, etc  y otros colegas habría dicho lo que Catón de los augures romanos: “No pueden mirarse sin reírse”.