Se crea la Asociación de Amigos del Castillo de Villel
El castillo de Villel de Mesa sale de su olvido a través de una Asociación de Amigos del Castillo de Villel que tiene el proposito de proteger y restaurar el castillo, dar a conocer su historia e importancia dentro del Señorío de Molina y por ende dentro del sistema defensivo y repoblador del reino de Castilla en la Baja Edad Media, promover y colaborar con la protección del patrimonio civil, arqueológico, histórico y artístico del pueblo de Villel de Mesa en estrecha cooperación con las autoridades competentes para ello, según las capacidades económicas de la Asociación en cada momento, para cual se llevarán a cabo actividades que promuevan; la investigación, restauración, excavación arqueológica y embellecimiento del castillo y su entorno, la creación de un centro de interpretación histórica en el recinto interior o en su entorno, realizar visitas turísticas al castillo y alrededores, y publicar folletos o compendios explicativos de la historia del castillo y del pueblo de Villel de Mesa, desde la Prehistoria hasta nuestros días teniendo al castillo como eje de la misma.
El Presidente de la esta recién creada Asociación que ya cuenta con 150 inscritos, Miguel Zamora, declara su intención de " averiguar la propiedad del castillo, ya que nos consta que está declarado Bien de Interés Cultural desde 1.949, y exigir la restauración del mismo por el peligro de derrumbe de algunas de sus fachadas, siendo en la actualidad la que presenta un peor estado la Torre del Mediodía, y descubrir el algibe que se halla oculto en el interior del patio de armas"
El origen de la fortaleza es toda una incógnita, por lo que todo lo que se diga son meras suposiciones. Por tanto habría que tener en cuenta las dos hipótesis posibles. Bien que tenga su origen en las continuas guerras entre Castilla y Aragón; o bien que los árabes levantaran una pequeña alcazaba o una atalaya sobre el peñasco y los castellanos la aprovecharan a partir de la repoblación. Que fuera construido por los árabes durante su permanencia en la zona (ss. VIII-XII), es perfectamente posible. En primer lugar, porque se sabe que estuvieron asentados en el término, como lo demuestra el yacimiento de El Villar. Otro punto a favor sería el material con el que está edificado el núcleo del castillo: el tapial, material a base de arcilla. Los árabes utilizaban mucho este material, al contrario que los arquitectos cristianos que sólo utilizaban la arcilla en el caso de que escasease la piedra o que fuese muy dificultoso su traslado, cosa que no ocurre en Villel. Posteriormente a los árabes, fue revestido, gran parte, con bloques de piedra o sillería para hacerlo más fuerte. La otra posibilidad es que fueran los cristianos quienes erigiesen el castillo en el siglo XIII, coincidiendo con el comienzo de las guerrillas entre castellanos y aragoneses. No hay que olvidar que el valle del Mesa era parte de la frontera entre ambos reinos. En una primera fase se levantaría lo que actualmente se corresponde con el núcleo arcilloso. Como antes se mencionaba, los cristianos no solían utilizar el tapial y más abundando la piedra en la zona, pero quizá la suma de varios factores les inclinase hacia ese material. Es decir, la situación del castillo sobre la cresta rocosa le hacía poco vulnerable, más teniendo en cuenta que la maquinaria bélica de la época no era muy devastadora; además, la cercanía de la gran fortaleza del Mesa convertía al pequeño castillo de Villel en un satélite o castillo auxiliar. Otro factor tener en cuenta es el tiempo: posiblemente eligieran el barro porque se tardaba menos en trabajarlo. Posteriormente, como se indica en el párrafo anterior, fue reforzado con bloques de piedra o sillería, ya fuera por el endurecimiento de los enfrentamientos o por la destrucción del castillo de Mesa durante el reinado de los reyes Católicos. También hay que tener en cuenta que en el señorío de Molina existen más castillos con tapial y que son posteriores a los árabes. Por tanto, es difícil llegar a una conclusión.
Lo que sí se sabe es que perteneció durante largo tiempo a la familia que le ha dado nombre: los Funes. Esta familia era de origen navarro y llegó a la zona para participar en la repoblación. Jugó un importante y diplomático papel entre el reino de Castilla y la Corona de Aragón, lo que le permitió estar siempre en posesión de la fortaleza y la villa. En 1688 el castillo ya se encontraba sin habitar, pues el palacio era moderno y confortable, pero en buen estado. Contaba con escudo de armas sobre la puerta que llamaban «de arriba».. Aparte de sufrir el envejecimiento propio del tiempo, el castillo también padeció los efectos de un rayo. Parte de la torre del Mediodía se desprendió cayendo sobre el caserío un día de San Bartolomé, 24 de agosto, a finales de los setenta del siglo pasado. Actualmente es de propiedad pública, Ministerio de Hacienda.
De su estructura hay que decir que es muy simple. Es de planta rectangular, de unos cuarenta metros de largo, más bien pequeña, con orientación aproximada norte-sur. Su tamaño pequeño es difícilmente explicable si no es por las limitaciones físicas de su base rocosa y porque estuvo subordinado a la fortaleza del Mesa, ya que se levantó en una zona muy estratégica a caballo entre tierras castellanas y aragonesas, con continuas incursiones de ambos bandos. El núcleo de la construcción es de tapial, pero se encuentra gran parte de la estructura cubierta de sillares, por lo que los muros son extremadamente gruesos. La construcción con tapial exigía levantar muros gruesos por la blandura del material, a lo que hay que añadir los bloques de sillería. Se diferencian un patio de armas en el centro y dos torres desiguales a los lados.