Sentir el Alto Tajo, la ‘maleta’ de viaje para las personas con alguna discapacidad
Esta empresa se ha especializado en crear experiencias personalizadas para este tipo de turistas.
Acercar un entorno tan privilegiado como el Parque Natural del Alto Tajo a todo el mundo merecía la pena y es lo que hicieron Gemma Roselló y José Jiménez, abriendo su empresa de experiencias turísticas a personas con algún tipo de discapacidad.
Como guías de montaña y naturaleza y técnicos de accesibilidad, además de otras dedicaciones, decidieron emprender en Peralejos de las Truchas su actividad profesional en lo que más les gustaba. “Estamos enamorados del territorio”, señala ella y enseñarlo es su pasión. Su especialización llegó de una forma casual, por la petición de un turista, lo que hizo que replantearan el negocio y emprendieran una ardua formación específica para poder acercar el turismo a todo tipo de personas. “Ahora contamos con una consultoría de accesibilidad para dotar al turismo de las herramientas necesarias, ya sean personales o de elementos para que se puedan desarrollar todas las actividades con todas las personas”, explica Gemma Roselló, alertando de la falta de oferta que hay en materia turística para las personas con discapacidad. Aunque siguen ejerciendo como guías de naturaleza para todo tipo de públicos, causando el mínimo impacto en el medio, con grupos reducidos, las personas con discapacidades físicas, sensoriales o cognitivas tienen un hueco asegurado en sus agendas.
El principal activo de esta empresa es su equipo humano, un grupo multidisciplinar y en continua formación, apasionado de un territorio. A ello han dedicado su mayor inversión. Adquirieron material de seguridad, GPS’s y crearon material didáctico, táctico y sonoro. Se autofinanciaron, pero después tuvieron la necesidad de adquirir un vehículo especial grande y adaptado, apto para grupos, personas con discapacidad, perros guía…
Los fondos Leader han supuesto una ayuda del 45% de la inversión de este activo y han sido claves para consolidar esta empresa y mantener los recursos auxiliares que se generaron en torno a ella. Por otro lado, por las características especiales del vehículo adquirido, los fondos han favorecido una oferta de servicios más competitiva e innovadora para los usuarios.
A pesar de que emprendieron este nuevo camino en 2016, ya han llegaron los primeros reconocimientos y Sentir el Alto Tajo obtuvo el Premio 2020 al Mejor Proyecto de Emprendimiento Social de la Diputación de Guadalajara y una Mención de Buenas Prácticas otorgada por Red Rural Nacional.
Uno de ellos, la necesidad de fomentar sinergias entre empresas, de modo que tengan la posibilidad de ofertar servicios integrales que ahora de forma individual no pueden satisfacer. Y ponen como ejemplo el hecho de que Sentir el Alto Tajo haya tenido incluso peticiones por parte de un equipo de baloncesto con discapacidad física que han tenido que rechazar por falta de infraestructuras, por esta razón invitan a los emprendedores de la comarca a aunar sinergias. “Ahora mismo, si quiere venir un grupo a disfrutar de nuestras experiencias no podemos alojarlos porque no hay oferta, salvo alguna plaza particular”, señala.
De las colaboraciones entre empresas llegan actividades como conocer cómo se elabora la cerveza artesanal de La Balluca de Milmarcos, un taller de lana, elaboración de queso en Orea, trekking por parajes desconocidos, baños de bosque, educación medioambiental en familia ...
Poco a poco se van formando para ir salvando obstáculos y que todo el mundo pueda ‘sentir’ ese paraíso que tienen como forma de vida y hogar. Incluir itinerarios culturales para personas con capacidad auditiva diferente y rutas adaptadas son las novedades, que se pondrán en marcha en verano.
Gracias a la catalogación de la comarca como Reserva Starligth, se han estado formando para añadir nuevas experiencias, como la observación de cielos nocturnos. Esto supone un reto para el colectivo con discapacidad visual, ya que tienen que adaptar el planetario y cualquier elemento a observar en una ficha táctil. “En esto estamos, adaptando la observación de nuestros cielos a todos los públicos”, relata Gemma, para su posterior validación. “Es algo que muchas instituciones deberían tener en cuenta, no sólo hacer accesible los territorios, sino también que ese colectivo de discapacidad auditiva, con movilidad reducida o ciegos y baja visión validen la propuesta, para saber que está bien hecho porque, a veces encontramos verdaderas barbaridades”, subraya.
Aumentar las actividades de ocio para cualquier colectivo con o sin discapacidades y exportar su proyecto donde les sea interesante es su leit motiv en un paraíso lleno de sensaciones que percibir y disfrutar en cualquier época del año.