Sigüenza recreó una vez más una parte de su historia

10/07/2017 - 10:46 Redacción

En el programa del fin de semana había más de 30 actividades para todos los públicos y gustos.

Las Jornadas Medievales de Sigüenza han celebrado su mayoría de edad con una multitudinaria edición en la que, a pesar de las tormentas que en algún momento refrescaron la programación de los más de treinta epígrafes con los que contaban, han registrado un lleno absoluto en la ciudad, llegándose a colmar las plazas hoteleras, al tiempo que la restauración doncelina registraba también un excepcional fin de semana, llegando a doblar turnos para comer, tanto ayer sábado como hoy domingo. En este sentido, Óscar Hernando, concejal de Turismo, destacaba que “la mayoría de edad a la que llegan nuestras Jornadas Medievales demuestra su empuje y lo importantes que son para el turismo hacia Sigüenza. Agradecemos a la Asociación Medieval seguntina, su verdadera impulsora, su esfuerzo para hacerlas posibles”.     
    Después de la presentación, el viernes, de los personajes históricos que intervienen en las Jornadas Medievales, que a lo largo del fin de semana recrean la reclusión durante cuatro años en Sigüenza, y el posterior destierro, de Doña Blanca de Borbón por parte de su marido, Pedro I El Cruel, y otros hechos históricos acontecidos en la ciudad en el siglo XIV, a la que siguió la actuación del grupo folk guadalajareño Las Colmenas, ayer sábado, con puntualidad seguntina se daban cita en la Plaza de Don Hilario Yabén caballeros y soldados, músicos y cortesanos. A las once y media de la mañana exactamente, según certificaba el reloj catedralicio, la comitiva real iniciaba el desfile por la calle del Cardenal Mendoza. Este año no ha faltado a su cita Juan Somolinos, que deleitó al numeroso público que se apostaba a ambos lados de las calles por las que atravesó el desfile con sus bailes, abriendo paso a los reyes y al resto de su séquito.
    Cientos de personas saludaban a la comitiva a su paso, al tiempo que se hacían miles de fotos con los personajes, dejando rastro de manera inmediata en las redes sociales. A la altura del Atrio catedralicio, quedaban instalados los primeros puestos medievales, que en número de 130 han jalonado la calle Mayor, hasta el Patio de Armas del Castillo Medieval, incluida la gran Plaza Mayor de la ciudad.
    Mercaderías de estos y otros tiempos, collares, tiaras, espadas, juguetes, viandas de todas clases, de tierras cercanas y lejanas, colonias y aromas, bisutería o columpios medievales, se añadían al patrimonio pétreo seguntino, “inmejorable escenario para esta recreación histórica que son nuestras Jornadas Medievales”, señalaba José Manuel Latre, alcalde de Sigüenza, para volver así, con cada detalle, a una época en la que las decisiones que se tomaron en la ciudad fueron cruciales en el devenir de la historia de España. “Con respecto a la Sigüenza que vio Doña Blanca, cabe señalar que la Catedral, entonces, sólo tenía una de sus dos torres construida, o que la primera barbacana del castillo no existía”, señalaba Pilar Martínez Taboada, cronista oficial de Sigüenza, al respecto de la estupenda recreación histórica y del ambiente vivido en la ciudad estos días. “Y aunque se mezclan hechos reales con otros que no sucedieron, como el asalto al Castillo del sábado, o la organización de una cabalgata en el destierro de la reina, distinguiendo ficción y realidad, las Jornadas Medievales son el momento en el que las calles de nuestra ciudad se engalanan con un ambiente medieval que atrae un turismo cultural y a la vez muy festivo”.     
    La comitiva real siguió por Mayor y la travesaña Alta, pasando sucesivamente por delante de las Iglesias de Santiago y de San Vicente, cruzando el Arco del Portal Mayor, y siguiendo por la calle de la Puerta Nueva y Castillejos, hasta llegar al Castillo.
    Cuando los reyes llegaban al pie de las almenas, recibieron, simbólicamente, las llaves de la ciudad, en un gesto que muestra cómo la Sigüenza de hoy hubiera querido otra suerte para la desdichada Blanca de Borbón. A continuación, todos los grupos intervinientes: los Caballeros Catinos y sus luchas de espadas, los aragoneses Ixera y sus tambores medievales, Barromba y Barzonia  y sus malabares y músicas, y los Dulzaineros de Alcalá, mostraron la alegría seguntina al haberle entregado la ciudad sus llaves a doña Blanca, allí, en el mismo Patio de Armas del Castillo, repleto para presenciar sus actuaciones.
    A continuación,  los grupos se desparramaron por la ciudad, contagiando su alegría por unas animadas calles seguntinas, llenas de ambiente y de puestos. Quiso la tormenta respetar el desfile, descargando el cielo sólo alguna gota refrescante que, mezclada con los rayos del sol, generó un bonito arcoíris sobre las murallas del Castillo. A mediodía, llovía con fuerza durante media hora.
    A partir de las seis de la tarde del sábado, las Jornadas Medievales retomaban el pulso, con sucesivos pasacalles por el casco histórico de la ciudad,  justas y los juegos medievales a caballo en las eras del Castillo que, a diferencia de otros años, contaron con una temperatura suave, y no con los acostumbrados rigores del calor estival de julio. Después de los combates de los caballeros, los partidarios de Doña Blanca trataron, una año más, sin éxito, de liberarla de su cruel reclusión, en la celda en la que estuvo presa, aunque estuvieran a punto de lograrlo. Este es el hecho ficticio que nunca sucedió, pero que muestra la nostalgia que siente la ciudad por el infortunio de la reina.
    A partir de las diez de la noche, Sigüenza quedó iluminada por cientos de velas, que resaltaban con su tremolar la belleza del lugar. La hora bruja, las doce de la noche, llegaba precisamente con las brujas en Plaza, cuya presencia realzaba con su percusión impresionante el grupo Ixera. Redoblada energía para una noche mágica del mes de julio.

La jornada dominical
Ayer domingo, y después de que los partidarios de Doña Blanca fracasaran en su liberación, se recreaba el destierro de la bella reina, un hecho real, aunque no se produjera con tanto boato, y también el combate fratricida entre don Pedro I el Cruel y su hermano Bastardo don Enrique de Trastámara, que acabó con la muerte del primero, a manos del Barón DuGuesclin, igualmente un  acontecimiento histórico, pero que no sucedió en Sigüenza, sino en Montiel. De nuevo han sido cientos de personas quienes han seguido las actuaciones en directo, aplaudiéndolas como merecían a su término.

A la conclusión de las Jornadas Medievales, el alcalde de Sigüenza, José Manuel Latre, felicitaba “por su implicación y buen hacer” a la Asociación Medieval que las organiza, agradecía su presencia a artesanos y comerciantes, y también la colaboración de la agrupación de Protección Civil y Cruz Roja, Guardia Civil y Policía Local “para que todo haya salido perfecto, a pesar de que hayamos contado con algunas inclemencias meteorológicas”.
Por su parte, Primitivo Alguacil, representante de Asociación Medieval seguntina que organiza las Jornadas, se mostraba orgulloso de haber llegado a la “mayoría de edad de un evento que empezó de cero y que este fin de semana lo ha llenado todo en la ciudad”.
Igualmente Sonsoles Arcones, concejala de Cultura y también miembro de la Asociación Medieval, destacaba que “la ciudad ha multiplicadow por seis su población a lo largo del fin de semana” y destacaba que “son muchas las personas que además de venir a verlas, deciden participar en ellas”.

Voluntarios
A lo largo del fin de semana, adecuando el flujo de vehículos y peatones que han generado las jornadas han estado voluntarios de Protección Civil de Sigüenza, de nuevo dirigidos por Martín Cañamón, la Policía Local, Guardia Civil. Además, ha habido presencia de voluntarios de Cruz Roja de las demarcaciones de Sigüenza y de Guadalajara, que, afortunadamente, no han tenido que atender a nadie.