Super Mario Bros: Y el objetivo es...

20/04/2023 - 17:47 J. Pastrana

Hay una frase que ya me ha dicho más de una personas después de ver la nueva película de Super Mario Bros: "Hay que ver las ganas que me han dado de volver a echarme una partida". Y no deja de ser curioso, porque lo normal es que dijeran "hay que ver lo buena/mala que me ha parecido". Pero no, aquí el juicio de valor salta directamente a las ganas de jugar... Misión cumplida, supongo. 

Una de las cosas que más cuesta al ver una película es desligar los gustos personales del acierto del film. Y no hablo de calidad, hablo de acierto. Puede que los cinéfilos puros hables de CINE, así con mayúsculas, pero no olvidemos que el cine es un NEGOCIO antes que un arte en el 90% de las ocasiones... o puede que más. Las películas se hacen para ganar dinero de una u otra manera, ya sea vendiendo entradas, merchandaising o ambas. Y para poder hacerlo, una película no tiene porque ser buena, tiene que enganchar con su público y hacerle sentir lo que esa película necesita que sienta. 

Y en el caso de Super Mario Bros puede que lo que se esté persiguiendo sea que el público adulto vuelva a tener ganas de meterse en la piel del fontanerito de la gorra. Ah, y que los niños se lo pasen bien con una película infantil. 

Tras la desastrosa adaptación de 1993 protagonizada por Bon Hoskins y John Leguizamo, había que hacerle justicia a Mario. En esta ocasión, el salto a la pantalla grande llega a través de una película de excelene animación, un largometraje divertido, simple, imaginativo y referencialmente forzado.

Dos hermanos, fontaneros de profesión, están tratando de labrarse un futuro. La oportunidad les llega cuando ocurre un semi desastre en la ciudad que implica mucha agua. Sin embargo, mientras intentan reparar la avería son subcionados por una tubería que les lleva a mundo mágico de setas parlantes, tortugas malvadas y princesas encantadoras.. Y punto. 

Super Mario es pura referencia. El guión busca simple y llanamente sacar todos los elementos posibles de los videojuegos, aunque no venga a cuento. E incluso mete por en medio a Donkey Kong, otro icono de Nintendo. Sin embargo, lo hace con gracia y autoconsciencia, deleitándose en su fan service. Si a usted no le gusta el universo de Super Mario, no vaya a verla sin niños, no lo necesita. En el resto de casos... Puede que salga con ganas de volver a jugar al videojuego... que probablemente era el objetivo de Nintendo con este film.