EXCLUSIVA: Te explicamos por qué los incendios han bajado este año un 40%
Mañana los últimos medios de extinción recogerán sus últimas bases y todo el dispositivo. A partir del 2 de octubre se pondrán en modo “prevención”. La campaña contra incendios toca a su fin, con un balance extraordinario. Las alarmas, que incluyen conatos, incendios y otros avisos, han descendido casi a la mitad.
La campaña contra incendios 2022-2023, que este año se ha anticipado un mes, en lo que respecta a despliegue de medios de extinción, comenzó en abril, cinco semanas antes de lo habitual. Ahora, “el cambio de configuración extinción, a configuración prevención, se ha ido haciendo escalonadamente a lo largo del mes de septiembre”, ilustra Miguel Aguilar, director Centro Operativo Provincial del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios (COP) de la Junta, con base en la finca de El Serranillo.
Miguel Aguilar, director Centro Operativo Provincial del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios (COP) de la Junta, con base en la finca de El Serranillo.
Coordinados desde el COP, los efectivos antiincendios atienden una media de 250 alarmas anuales. “Este año está siendo excepcionalmente bueno”, indica. Se han producido 150 alarmas, entre 51 conatos -fuegos de menos de una hectárea-, y siete incendios, mayores de una hectárea -el de Ocentejo fue el más grande ya que se quemaron 220-, así como otro tipo de avisos, lo que supone un 40% menos respecto al cómputo anual de 2022.
Todas las alarmas son de tipo forestal y agrícola, aunque la primera de ellas es normalmente notablemente mayor. “Lo que pasa es que varía mucho de unos años a otros, porque al final la estadística de superficie te la dan dos o tres incendios; hay años en que dos incendios han sido en terreno agrícola, en esos años es mayor que la forestal, pero no es lo normal”, precisa Aguilar.
El Consejo Asesor Provincial (COP), celebró en mayo, en la base de El Serranillo, su reunión para coordinar el operativo de cara a los meses de mayor riesgo de incendios forestales.
El operativo de extinción de incendios en la provincia de Guadalajara está distribuido en 16 bases terrestres y cuatro aéreas, además del propio COP, que es el que coordina todo el dispositivo. Asentados estas infraestructuras, siempre a disposición de cuando se les requiera, en esta campaña, se han desplegado 300 especialistas, los que configuran los retenes, a los que se suman 52 vigilantes de torres; 70 agentes medioambientales; una veintena de técnicos; así como pilotos y mecánicos, que, en turnos, forman parte del equipo compuesto por seis aeronaves, así como los operadores de los tres bulldozers, maquinaria pesada, conformados en total por seis trabajadores, entre maquinistas y conductores de góndolas. Asimismo realizan una labor fundamental los encargados, que son una docena.
Empleados del Centro Operativo Provincial (COP).
Fuera de campaña se queda de guardia un pequeño dispositivo, conformado por tres pick ups, otras tantas patrullas y una autobomba para atender alarmas y avisos que se producen fuera del verano, que es cuando se produce el grueso de las alarmas.
A partir de mañana, los especialistas y los vigilantes, unas 350 personas, se dedicarán a prevención, hasta el inicio de la próxima campaña estival. “Desarrollan tareas relacionadas con la limpieza del monte, cortan y trituran el combustible más fino, el que es más probable que arda, que es el matorral y las ramas bajas del arbolado”, indica Miguel Aguilar. Ya desde hace varios años su labor se realiza a lo largo de los 365 días anuales. “Actualmente todas las personas trabajan de forma indefinida; en la configuración extinción están de 11 de la mañana a nueve de la noche, la mitad de los días trabajan y la otra mitad libran, mientras que en el periodo prevención lo hacen los cinco días laborables de la semana, de ocho de la mañana a tres de la tarde”, aporta.
El presidente regional, Emiliano García-Page, durante una de sus visitas al COP:
El importante descenso de este año, pese a que hemos atravesado un verano muy caluroso, de debe, informa el responsable del COP, “se debe a las elevadas precipitaciones del mes de junio, que ha llovido aproximadamente el doble de lo que es habitual”. Ello ha provocado que “la tierra, que es una ‘esponja’ que retiene el agua y funciona muy bien, ha ido humedeciendo de forma paulatina a los vegetales que están encima durante los dos meses calurosos, lo que ha causado que tuvieran un alto contenido de humedad”.