Tenemos un yo físico, psíquico y social


Una de las cosas que tiene que asumir el ser humano son sus limitaciones. Parece que tenemos que ser excelentes en todo, y no es así. Lo importante son los otros, y es ahí donde hay que educar.

La Psicología cada vez tiene una relación más estrecha con la biología y las neurociencias, y es que el pensamiento, las percepciones, los sentimientos se producen en nuestro cuerpo.

Ha de aprender de la Naturaleza, donde todo es necesario. Hemos de practicar el arte de parar, de tranquilizar la mente, y de trabajar en nuestro subsuelo psicológico en busca de la serenidad.

Formulémonos preguntas esenciales ¿qué me planteo en la vida? ¿Qué depende de mí en mi existencia? ¿Qué es lo que dejaré en herencia a la especie humana, a la que tanto debo? ¿Cuál es la razón de nuestra existencia?

Aprendamos y enseñemos a interpretar lo que pareciera acontece, más allá de lo evidente. La cronificación del estrés puede alterar no solo la cognición, el control de los impulsos, sino la regulación emocional, la toma de decisiones y la prosocialidad.

En 2020 el consumo de antidepresivos en España está en un 20% por encima de la media europea.

Psicofármacos antidepresivos y psicoterapia son complementarios, ambas formas de tratamiento son aproximadamente igual de efectivas. En la prevención de recaídas la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser más eficaz, que la administración de fármacos.

La Psicología precisa de distancia óptima para analizar los hechos, tales como quién comete el grave error de intentar ser otro. O aquel que se acomoda en el pesimismo, una enfermedad crónica del alma.

Debe de mostrar su profundo sentido de la justicia y la solidaridad. Y contribuir a desarrollar un discurso ético basado en la ciencia.

Una de las cosas que tiene que asumir el ser humano son sus limitaciones. Parece que tenemos que ser excelentes en todo, y no es así. Lo importante son los otros, y es ahí donde yo creo que hay que educar a los niños.

El ser humano es capaz de entregar su vida, de donar sus órganos, pero también de generar esclavitud, de torturar, de dejar en herencia el Holocausto.

Juzgamos a los demás por sus acciones, en cambio a nosotros, nos juzgamos por nuestras elaboraciones, razonamientos, etc.

Está generalizada la creencia de que poseemos características socialmente deseables y que las indeseables no nos atañen. Las hormonas, ni determinan, ni generan conductas. 

Tendemos a desplazar la agresividad inducida por el estrés o la frustración. Véase la violencia conyugal como aumenta con la recesión económica. También la violencia doméstica se acrecienta cuando el equipo de fútbol del agresor pierde.

La creencia generalizada de que la sociedad está cambiando a peor, es una constante transmitida de generación en generación.

Pareciera que el ser humano no se aclimata a la vida real, a sus demandas, a sus necesidades, a sus requerimientos, y por eso nos creamos una vida, que no siendo real, es nuestra vida.

El ser humano es mucho más que lo comprendido entre los pies y la cabeza. Es mucho más moral de lo que cree y más religioso de lo que está dispuesto a admitir.

Hay quien considera que quien comete hechos terribles de asesinatos, de actos terroristas, o que pertenece a grupos sectarios, sufre de psicopatologías o trastornos graves. Y en general no es así.

El pensamiento humano no está basado solo en categorías abstractas, sino en lo que pudiéramos denominar metáforas, es decir, cómo estamos posicionados en el espacio, qué temperatura hace… Se ha demostrado que no es lo mismo hablar de ciertos temas estrujando una esponja que una pelota dura, o sosteniendo un café caliente o un café con hielo. Fíjense que las atribuciones que se realizan en estos casos de las personas cambian significativamente.

Tengamos coraje para afrontar la existencia, para expresar los sentimientos, para aceptar la crítica de los otros por tomar una decisión, única, irreversible.